Fue una noche muy complicada en el Metropolitano. La afición del Atlético de Madrid se marchó cabreada, muy cabreada, con los suyos. Esta vez no remontaron y cayeron ante el Levante, que no había ganado fuera de casa este curso.

Y José María Giménez, que volvía del Covid y fue titular, se convirtió en el señalado de parte de la afición del feudo rojiblanco. Todo ocurrió cuando llegaban los nervios con 0-1 en el marcador.

Parte de la grada pitó al uruguayo al fallar un pase y éste se lo recriminó con un gesto mandando callar con el dedo índice en su boca. Ante esta reacción, los pitos se incrementaron. Un momento muy tenso en el Atleti, que sigue fuera de los puestos de Champions League.

Jan Oblak, que evitó que la diferencia fuera mayor, fue muy crítico al concluir el encuentro: "Es una situación alarmante. No he escuchado los pitos. Sé que es complicado confiar, pero tenemos que estar juntos".

El esloveno también se refirió a los últimos resultados que no colocan al Atleti entre los cuatro primeros de LaLiga. "De esta manera no vamos a entrar...", se lamentaba.