Han pasado ya 100 años desde que naciera, 75 de su primer número uno y 35 de su particular canto de cisne 'New York, New York', pero la voz y la figura de Frank Sinatra no sólo no se han apagado, sino que permanecen como una piedra fundamental de la música y la cultura popular del siglo XX.

Icono y estrella legendaria del swing y del jazz, capaz de resistir el impulso del primer rock y hasta de convertirse en un meritorio actor dramático, Sinatra encarna la imagen del sueño americano, del talento y la ambición desmesurados, pero también del personaje con misterios y sombras aún por descubrir.

Su andadura comenzó en los años 20, pero fue en la década de los 30 cuando formó parte del cuarteto Hoboken Four y luego alcanzaría la popularidad al frente de las orquestas de Harry James y Tommy Dorsey, aunque pronto decidió jugársela por su cuenta.

"Voy a volar alto. He planeado mi carrera. Desde el primer minuto que me subí a un escenario decidí llegar justo hasta donde estoy", dijo Sinatra en 1943 según el libro 'Frank: The Making of a Legend', de James Kaplan.

La era dorada de Sinatra llegó con su época en Columbia y los 'discos conceptuales' de los años 50, álbumes como 'In The Wee Small Hours' o 'Songs For Swingin' Lovers' en los que bordó su estilo elegante 'jazzy" de seductor y de "bon vivant'.

En ese cambio de registro hacia un Sinatra más maduro, que ya no sólo canta al amor feliz sino también a la soledad y la melancolía, tuvo una importancia crucial el cine. Sin embargo, la imagen del canalla incorregible pervivió, ya que nunca abandonó los vicios y las juergas aventureras.

En el tema 'Love and Marriage', Sinatra cantaba que "no se puede tener uno sin el otro" y en su vida lo aplicó con rectitud: hasta cuatro veces se casó, sin que eso le privara de tener otras relaciones como con la actriz Lauren Bacall.

Resistente a los inicios del rock, Sinatra demostró una longevidad admirable al permanecer durante cuatro décadas en lo más alto de las listas con canciones imperecederas como 'I've Got You Under My Skin', 'Fly Me To The Moon' o 'My Way'.

Tras una retirada frustrada en 1971, prolongó su carrera hasta su muerte en 1998, el fin de una estrella con alrededor de 1.300 canciones grabadas y cuya vida definió así su hijo Frank Sinatra Jr.: "Sus imperfecciones eran irritantes, pero fue un artista genuino y su obra perdurará mientras las personas puedan escuchar, reflexionar y sentir".