"Lo que quiero es que sirva de algo mi paso por aquí", ese era el deseo que Paco de Lucía, el guitarrista que transformó el flamenco, confesó a su hijo Curro en una entrevista inédita. El deseo de quien en 1975 abrió las puertas del Teatro Real, por primera vez, a la música popular cuando para muchos el flamenco era solo música tabernera

laSexta vuelve con tres de sus hijos al templo que Paco de Lucía acercó a todos. Su padre jamás les habló de sus éxitos, pero conocen bien por boca de su madre, Casilda, qué paso aquella noche histórica en ese patio de butacas. "El público estaba lleno de gente joven sentada por los pasillos, incluso, los acomodadores estaban descolocados porque estaban acostumbrados al público de la lírica", explica su hija Casilda Sánchez Varela.

No fue hasta 2010 cuando la UNESCO declaró al flamenco Patrimonio Nacional de la Humanidad, pero él afirmó que le dio igual. "Me quedé frío ya era patrimonio hace muchos años, me dio igual", confesó en una entrevista. Y es que su único deseo era despejar el camino al que venían detrás: "Hay chavales que tocan increíblemente bien, pero no venden suficiente para vivir". Deseos de un padre que ahora sus hijos harán realidad a través de la Fundación Paco de Lucía, que nace para seguir dotando de prestigio el legado musical más importante que deja España al mundo.