Mumford & Sons se han encargado esta noche de protagonizar el concierto estelar en la primera jornada de BBK Live, que cumple diez años, con una actuación llena de energía que se ha contagiado a las miles de personas que han disfrutado con los británicos.

A Mumford e hijos les ha dado igual el formato, enchufados o sin electricidad, han logrado montar una fiesta en las campas de Kobetamendi con un concierto que ha hecho disfrutar, y de que manera, a sus seguidores, especialmente con los temas de sus dos primeros trabajos.

La intensidad que imprimen a sus canciones, esos temas que guardan para el final lo mejor y los que no permiten cuerpos estáticos frente al escenario hicieron de la actuación una fiesta en la que no faltaron momentos más íntimos.

Los británicos han comenzado el concierto 'enchufados' con "Snake eyes" ese tema de su último disco que arranca con timidez, que crece en intensidad, despacio, hasta que las guitarras se apoderan de todo y que ha sido recibido con entusiasmo por sus seguidores.

Marcus Mumford y los suyos han dejado apartado momentáneamente su último disco para regresar a temas de sus dos primeros trabajos, lejos de las guitarras eléctricas, con "I will wait", que ha levantado teléfonos móviles del público al aire para captar el momento, y "Below my feet".

Siguieron con, entre otros, "Lover of the light", con Marcus a la batería, "Thistle & weeds" y "Ghosts that we knew", que pusieron los momentos íntimos del concierto, antes de dar paso a dos de los temas enchufados de su nuevo trabajo, "Belive" y "Tompkins square park".

Tras una invitación al público a bailar por parte de Marcus, que se atrevió con el castellano y el español, sonaron "The cave" y "Roll away your stone", con los que demostraron que no son necesarias guitarras eléctricas para hacer saltar a la audiencia.

Para el final, antes de los obligados bises, han quedado "Ditmas", una de las canciones del nuevo trabajo que más ha hecho saltar y cantar al público y en la que el vocalista ha bajado del escenario para acercarse al público, y "Dust bowl dance".

Volvieron a saltar al escenario para regalar el "Hot gates" de su último disco, un momento para el relax antes de atacar 'Little lion man' con el que llevaron a lo más alto la fiesta con el público bailando, saltando, cantando a grito pelado en las campas del monte Kobetas.

La despedida de la noche quedó en manos de "The wolf" que transformó esa fiesta folk en una fiesta rockera en toda regla, con guitarras salvajes y batería contundente que dejó al público satisfecho por la velada vivida en compañía de Mumford e hijos.

Hasta que aparecieron en el escenario principal los protagonistas de la noche, el público pudo disfrutar en el segundo escenario de recinto de los incombustibles Counting Crows, con más de 20 años en el mundillo del rock a sus espaldas.

Adam Duritz y su banda, que llegaban con su séptimo álbum de estudio en el bolsillo, "Somewhere Under Wonderland", ofrecieron un buen concierto con temas como "Scarecrow", "Colorblind", el inevitable "Mr. Jones", o "Rain king" con los que calentaron el ambiente.

Antes, el escenario principal acogió a los estadounidenses Future Islands que desde el mismo momento de salir al escenario se encargaron de regalar un más que disfrutable concierto a ritmo pop a un público cuyo número fue aumentando a medida que discurría la actuación.

Pero si por algo destacan los de Baltimore en directo, y lo han podido ver en el BBK Live, es por la personalidad de su cantante Samuel T. Herring y esa manera suya de interpretar las canciones, con una teatralidad desaforada, unos locos pasos de baile y dolorosos golpes en el pecho.

Herrig ha sudado de lo lindo, no ha parado ni un instante, y ha contagiado su vitalidad al público que ha podido escuchar unas notables piezas musicales de 'synthpop' como la balada "A song for our grandfathers", "Doves" o la pegadiza "Seasons (Waiting on you)", muy coreada por el público.

La segunda jornada del décimo BBK Live volverá a llenar de música el monte, con una veintena de propuestas, entre las que destaca The Jesus and Mary Chain, cabeza de cartel del día, a los que seguirán Alt-J y Ben Harper and The Innocent Criminals.