Un estudio efectuado por españoles y publicado en 'Nature' aseguró en 2006 que había evidencias de la ocupación de neandertales en la cueva de Gorham, Gibraltar, que tan solo data de 24.000 años de antigüedad.
La cueva fue entonces considerada un hábitat demasiado reciente para que los neandertales, que podrían haberse extinguido hace 40.000 años, siguiesen existiendo entonces; pero un hallazgo de investigadores de las universidades de Huelva y Sevilla junto a científicos internacionales han hallado una nueva evidencia de la juventud de los homínidos.
El desprendimiento de sedimentos de una antigua cantera de arena en el Levante del Peñón ha hecho visible la huella de un neandertal, la segunda descubierta en el mundo después de la hallada en Vartop, Rumanía. La pisada se produjo hace 29.000 años y el joven homínido que la efectuó convivía en la cueva junto a fieras salvajes como leopardos, linces o elefantes.
Los científicos se han apoyado en datos como la forma del pie, con un gran espacio entre el dedo gordo y el siguiente, para demostrar que es un neandertal. Además, han determinado que el autor de dicha huella tan solo medía 1,30 centímetros y era un adolescente.
Joaquín Rodríguez Vidal, director del trabajo, ha asegurado que las temperaturas registradas desde Lisboa hasta Murcia pudieron propiciar la subsistencia de los neandertales durante un tiempo superior a la de aquellos que vivían al norte de la península.
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