Es IQOS, un nuevo cigarrillo que se usa así: primero se recarga con un dispositivo y, después, se saca el pitillo. Pero lo más novedoso es que, para encenderlo, se calienta electrónicamente sin producirse la combustión. Por ello, como ya no hay humo, el cigarro genera vapor en cada calada. El objetivo es reducir los riesgos del tabaco convencional.

Se dice así adiós al mechero, a la ceniza, y al olor. Marta lleva usándolo desde hace un mes y afirma no tener "esa tos, ese carraspeo, la sensación de que estás congestionado".

Los creadores aseguran que "en el vapor de IQOS hay menos del 10% de los componentes nocivos que se encuentran hoy en un cigarrillo convencional". Sin embargo, los médicos dicen que sigue siendo igual de perjudicial para la salud porque contiene nicotina y tabaco.

José María Carreras, jefe de la unidad de Tabaquismo del Hospital La Paz explica que, "al no haber combustión, las partículas son más grandes y se pueden quedar más en la garganta o en la boca. Seguramente, originará que se produzcan también sustancias cancerígenas y sustancias irritativas de la mucosa respiratoria".

Según datos de la Encuesta Nacional de Salud, en España cada fumador consume 2.481 cigarros al año. El nuevo pitillo se vende en 1.500 estancos de toda la península.

Una forma quizá menos contaminante y menos dañina para fumar, pero desde la Organización Mundial de la Salud (OMS), nos recuerdan que cada año mueren seis millones de personas por alguna enfermedad relacionada con el tabaco.