"Hoy llevamos el
iPhone X al siguiente nivel. Os presento el que es, de lejos, el iPhone más
avanzado que jamás hayamos creado", indicó durante la presentación el
consejero delegado de Apple, Tim Cook.
El iPhone XS tiene una
pantalla de 5,8 pulgadas (14,7 centímetros) con tecnología OLED, introducida en
los modelos del año pasado y que incrementa el contraste y el brillo con
respecto a las pantallas tradicionales LCD.
Como viene siendo habitual en los últimos lanzamientos de iPhone, Apple también presentó una versión más grande de este mismo teléfono, bautizado iPhone XS Max, que tiene una pantalla de 6,5 pulgadas (16,5 centímetros), la más grande de la compañía hasta la fecha.
Apple ha incrementado el
tamaño de las pantallas sin prácticamente aumentar las dimensiones de los
teléfonos con respecto a sus predecesores, de manera que, por ejemplo, el
iPhone XS, que tiene una pantalla igual de grande que el X, es en su conjunto
un dispositivo más pequeño.
Entre las novedades del
nuevo teléfono también se encuentran mejoras en la reproducción de imágenes
mediante las tecnologías Dolby Vision y HDR10, altavoces con mayor amplitud de
sonido estéreo y un incremento de la velocidad del sistema de reconocimiento
facial introducido el año pasado.
La protección ante el
agua se ha mejorado de manera que los teléfonos no se estropeen incluso
"si caen a la piscina" y se han hecho pruebas con todo tipo de
líquidos, "incluso cerveza", apuntó el vicepresidente de Marketing de
la compañía, Philip Schiller.