La tecnología capaz de hacernos desaparecer no existe. Al menos, no por el momento. Pero sí que se han producido avances en un campo paralelo: el del camuflaje. El 'Quantum stealth' es el nuevo escalón en el ambicioso arte de la invisibilidad.

Este material, el 'Quantum Stealth', es tan delgado como el papel y no requiere de energía para funcionar. No hace desaparecer objetos o personas, pero sí lleva a cabo un trabajo eficiente a la hora de esconderlos.

El truco reside en usar lentes lenticulares: refractan la luz de tal forma que el objeto solo es visible desde un determinado punto, tal y como se aprecia en el vídeo que acompaña a estas líneas.

El efecto es el mismo que provoca que las piscinas parezcan menos profundas de lo que son. Cuando la luz se mueve entre dos materiales, el ángulo en el que lo hace cambia dependiendo de cómo rebote.

Por eso, este material no es infalible: en función de nuestra posición, veremos una mancha borrosa o no veremos nada en absoluto. Lo que nunca sabremos a ciencia cierta es lo que se oculta detrás.