Arjen Y. Hoekstra y Mesfin M. Mekonnen, dos profesores de la Universidad de Twente de los Países Bajos, han publicado un estudio en el que muestran la escasez de agua que sufre, al menos, dos tercios de la población mundial, unas 4.000 millones de personas, durante, como poco, un mes al año.

Aseguran en su artículo que los cultivos que necesitan agua no se pueden cosechar o necesitan el doble y por lo tanto, el precio por producto aumenta. Por lo que no sólo aumenta la sed, sino también el hambre; sobre todo, en países con pocos recursos económicos.

"Los niveles de mantos acuíferos subterráneos están disminuyendo, los lagos se están secando, fluye menos agua en los ríos y los suministros del líquido para la industria y los agricultores están en peligro", explica Hoekstra en el estudio.

En algunos países, esta escasez puede provocar que las personas tengan que racionar el uso del agua para la jardinería o incluso para el aseo. Pero en aquellos países más pobres podría provocar que no haya agua ni para beber.

Los países más afectados en los que se se vive una escasez de agua extrema durante un mes son China e India, mientras que los restantes, con 2.000 millones de personas, son Pakistán, Nigeria, México, Bangladesh y las regiones oeste y sur de Estados Unidos, como California, Florida y Texas.

"La falta de agua dulce es un riesgo importante para la economía mundial, que afecta a 4.000 millones de personas directamente", señala Hoekstra, dejando claro que es un problema que afecta a toda la población mundial.