El nuevo documento, en el que prácticamente han desaparecido los corchetes, ya tiene "la forma" del acuerdo legal que preven adoptar 195 países más la Unión Europea.
El texto posee 27 páginas, de las que 12 corresponden al pacto en sí y 15 a una decisión que lo desarrolla, y supone "un progreso" dijo Fabius, al reconocer que aún quedan puntos conflictivos por cerrar, entre los que destacó la ambición del acuerdo, la diferenciación entre países ricos y pobres, y la financiación para estos últimos.
El preámbulo del acuerdo ha quedado "ordenado" y está prácticamente cerrado, el jueves la jefa de la delegación venezolana, Claudia Salerno, responsable de facilitar las negociaciones del mismo.
El preámbulo señala que el pacto debería guiarse por "responsabilidades comunes pero diferenciadas" en combatir el cambio climático y tener en cuenta las necesidades de los países en desarrollo y de los más vulnerables, también menos responsables de haber causado el problema.
El acuerdo en sí se propone como objetivo mantener la temperatura del planeta por debajo de dos grados respecto a niveles preindustriales y perseguir que no aumente más de 1,5 para evitar los peores impactos del cambio climático.
En cuanto a sus objetivos a largo plazo, los países se comprometen a "poner pico a sus emisiones tan pronto como sea posible" y a alcanzar la neutralidad en emisiones de gases de efecto invernadero en la segunda mitad de siglo, o dicho con otras palabras, a no lanzar más gases contaminantes de los que el planeta pueda absorber.
Entre otras cuestiones, desaparece la referencia a fijarse un objetivo de reducción de emisiones para 2050, como pretendía la Unión Europea, y también la alusión a lograr la descarbonización de las economías en 2100.
Fabius había pedido el jueves a los representantes de los países que "tengan el acuerdo final en mente" cuando revisen este último borrador y que su intervención en el plenario eluda las críticas y se centre en "aportar soluciones".