CÓMO EVITAR SORPRESAS

Cómo y dónde alquilar un coche lo más barato posible: los 5 trucos para encontrar chollos

Si vas a alquilar un coche y no quieres que te sangren a pequeñas cuotas diarias, presta atención, porque aquí tienes cinco trucos probados para rascarte el menor número de euros posible sin acabar en un cinemático drama económico.

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Si vas a alquilar un coche y no quieres que te sangren a pequeñas cuotas diarias, presta atención, porque aquí tienes cinco trucos probados para rascarte el menor número de euros posible sin acabar en un cinemático drama económico.

1. Elige los aeropuertos y oficinas con tarifas más bajas

La regla de oro es sencilla: las oficinas céntricas y las que están “in-terminal” suelen llevar recargos. Por norma general, las agencias meten tasas por ubicación, servicios y aparcamiento que acaban en la tarifa final. Comparar un aeropuerto secundario frente al principal puede dar diferencias notables (a veces un 10–15%) aunque no siempre merece la pena si el traslado te sale caro.

No te quedes solo con el filtrado “ciudad” o “aeropuerto” del comparador. Prueba la misma búsqueda cambiando la oficina de recogida a aeropuertos alternativos cercanos o alquileres “off-airport” que requieren lanzadera. La lanzadera puede costar unos euros, pero sigue siendo habitual que la tarifa base sea más baja. Haz la cuenta completa con el ahorro en tarifa vs coste y tiempo del traslado.

Consejo práctico: si aterrizas en un aeropuerto grande, revisa también las sucursales en polígonos industriales cercanos o estaciones de tren en las afueras, que a veces el transporte público al final te sale casi gratis y te llevas una tarifa mucho más amiga del bolsillo.

2. Juega con la duración: más días, mismo precio

Los precios no son lineales y muchas agencias aplican descuentos semanales o paquetes que hacen que 7 días te salgan casi lo mismo que 5 o 6. Si ves que añadir uno o dos días baja la tarifa diaria efectiva, haz números porque puede compensar y además te quitas prisas innecesarias.

Reserva con cancelación gratuita y revisa la tarifa periódicamente. Si la misma reserva baja de precio, cancela y vuelve a reservar sin coste. Es una jugada simple y legal que funciona más de lo que piensas; los precios suben y bajan por la demanda y la composición de la flota.

Ojo con las condiciones. Algunos precios “baratos” tienen límites de kilometraje o restricciones en países concretos. Comprueba siempre la letra pequeña antes de alargar por el “supuesto” ahorro, y fíjate en los cargos por devolución fuera de oficina o días festivos.

3. Reserva siempre la categoría más baja

Reservar un compacto o económico no solo baja la tarifa base, sino que te pone en la lista de mejoras cuando se agotan las categorías básicas. Es común que por gestión de flota te asignen un coche superior sin coste: tú pagas menos y la agencia ajusta stock (si tienes suerte).

Eso sí, si necesitas equipamiento específico (plazas para seis, maletero XXL, cambio automático, o baca para bicis), no te la juegues. Para los viajes con requisitos concretos, reserva lo necesario o añade el extra. Pero si lo único que quieres es moverte y no te importan dos centímetros más de maletero, reserva la categoría más baja y cruza los dedos.

En el mostrador, pregunta educadamente por opciones de mejora con coste reducido. A veces te ofrecen un salto por una tarifa razonable y otras veces te dan un coche mayor gratis. Negociar con una sonrisa y amabilidad suele funcionar mejor que reclamar en caliente.

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4. Evita los seguros de comparadoras y elige coberturas mínimas

Las comparadoras tienden a ofrecer paquetes de seguro caros y duplicados que inflan la factura final. Antes de aceptar todo lo que te ponen en el carrito, comprueba qué cubre tu tarjeta (muchas tarjetas premium incluyen cobertura de daños) y qué cubre tu seguro de viaje o vehículo personal.

Si te piden mucho dinero por la franquicia en el mostrador, compra un seguro externo mediante proveedores especializados, porque sale mucho más barato que pagar el suplemento diario en la agencia. Lleva siempre la póliza impresa o el justificante en el móvil para evitar que te quieran vender extras “por sistema”.

No confundas las cosas: la cobertura de daños al vehículo NO siempre cubre responsabilidad civil a terceros (en España, sí lo hace). Comprueba cuál es la obligación legal del país donde conduces y añade solo lo imprescindible para cumplirla sin que te claven en el mostrador.

5. Aprovecha las ofertas y códigos directos de las compañías

Suscríbete a las newsletters de las grandes (y a sus redes sociales). Las agencias cuelgan códigos y promociones directas con descuentos que a veces superan a los comparadores. También hay códigos corporativos, asociaciones (AAA/ADAC), o cupones compartidos en foros y redes que merecen la pena.

Usa extensiones de navegador que apliquen cupones y revisa las condiciones: muchos descuentos cubren tarifa base pero excluyen tasas aeroportuarias. Además, apúntate a programas de fidelidad: los puntos o las membresías suelen dar mejoras, descuentos y flexibilidad sin coste adicional.

Por último, guarda todo: confirmaciones, códigos y la política de cancelación. Si algo no coincide al recoger, muestra la reserva y reclámalo con calma, porque a veces una simple captura resuelve el desmadre.

No te pilles los dedos. Si quieres alquilar barato, recoge donde menos impuestos/servicios te clavarán, juega con la duración para aprovechar tarifas semanales, reserva la categoría más pequeña (y aspira a la mejora), evita los seguros hinchados de comparadoras y caza códigos directos de las compañías. Con estos cinco trucos, puedes recortar fácilmente entre un 20% y un 30% respecto a la primera tarifa que te enseñen.

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