SCOUT ES UN FABRICANTE AMERICANO
Audi prepara su propio Mercedes Clase G, un todoterreno premium con base Scout
Audi planea entrar de lleno en el segmento que hasta ahora era coto privado del Mercedes-Benz Clase G con una colaboración con Scout, una marca más americana que el pastel de manzana.

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Audi está a punto de abrir una puerta que llevaba décadas cerrada: la entrada seria y con aspiraciones al territorio de los todoterrenos de verdad, esos que no se asustan si les enseñas una pendiente imposible o un río crecido. El proyecto, todavía sin nombre oficial, nace con una idea tan simple como efectiva: aprovechar la plataforma de los nuevos Scout (la marca del Grupo Volkswagen renacida en Estados Unidos) para construir un rival directo del Mercedes G-Class y del Land Rover Defender, pero con el toque premium habitual de Ingolstadt, y lo mejor de todo es que esta vez no hablamos de humo, sino de un plan que ya está alineado con inversiones, fábricas en marcha y una estrategia de producto bien pensada.
El concepto es tan interesante que no solo afecta al mercado estadounidense, el objetivo principal del lanzamiento, sino que invita a preguntarse si Europa (y especialmente España) podría recibir este SUV de carrocería sobre bastidor en un futuro no tan lejano. Siendo sinceros, un Audi capaz de plantar cara al G y al Defender no solo suena apetecible: sería exactamente el tipo de coche que mueve pasiones entre quienes buscan algo distinto a los SUV de lujo habituales, esos que pisan más bordillos que caminos.

Plataforma y enfoque técnico: Audi decide ponerse seria
La clave del proyecto está en la arquitectura body-on-frame que Scout ha desarrollado desde cero, una plataforma tan robusta como poco habitual en el mundo Audi, pero absolutamente necesaria si quieres competir con los grandes nombres del off-road auténtico. Esta base permite ofrecer elementos como eje trasero sólido, diferenciales bloqueables en ambos ejes, barras estabilizadoras desconectables y una altura libre que ronda el palmo y pico largo, lo que en la práctica se traduce en un coche diseñado para terrenos complicados sin renunciar al confort habitual de la marca alemana.
Que Audi haya elegido esta vía demuestra que van en serio y no simplemente a ponerle cuatro cromados a un SUV existente. La marca aprovechará la tecnología de Scout pero desarrollará su propio interior, con materiales premium, diseño de marca y un enfoque al lujo moderno que será su carta de presentación frente a rivales legendarios. Esto significa que, aunque compartan huesos, el Audi tendrá una personalidad totalmente distinta, algo que resulta fundamental si quiere posicionarse con fuerza en el mercado global.
Otro aspecto muy interesante es la adopción del sistema híbrido de autonomía extendida (EREV), una solución que ofrece unos 150 kilómetros en modo eléctrico antes de que entre en juego un pequeño motor de gasolina que actúa solo como generador. Esta configuración, que Scout ya usa, es especialmente práctica para un todoterreno real, porque evita depender exclusivamente de puntos de carga en rutas remotas y mantiene intactos los ángulos y proporciones del vehículo.

Producción en EE.UU., estrategia global y la gran pregunta: ¿lo veremos en Europa?
El coche se fabricará en la nueva planta de Scout en Carolina del Sur, una instalación que ya va tomando forma y que permitirá a Audi evitar los aranceles estadounidenses impuestos a los vehículos importados desde Europa o México. Desde un punto de vista de estrategia global, es un movimiento brillante: Audi consigue posicionarse en un segmento de alto margen, aprovecha una inversión ya hecha por el Grupo Volkswagen y, además, se adelanta a BMW, que está desarrollando su propio rival del G-Class para 2029.
Por ahora, Audi mantiene silencio oficial, lo cual es habitual en proyectos tan delicados y con tanta implicación industrial detrás. Sin embargo, la información disponible es lo bastante sólida como para pensar que este todoterreno llegará a producción y que veremos sus primeras unidades saliendo de la línea relativamente pronto después del debut de Scout en 2027. Si esto ocurre, es razonable plantearse que la marca lo introduzca también en Europa, ya que la plataforma es escalable, las capacidades encajarían de lleno en el creciente interés por los 4x4 auténticos y, además, el mercado premium europeo está más que preparado para un Audi con nervio campero de verdad.
En España, donde el segmento de todoterrenos puros ha perdido diversidad en la última década, un modelo así podría encontrar un hueco interesante entre clientes que quieren algo más exclusivo que un SUV convencional pero que tampoco buscan un coche militarizado, y si además el sistema híbrido extendido permite homologar consumos razonables, no sería descabellado imaginarlo matriculado aquí sin demasiados dolores de cabeza.
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