EL RUMOR QUE ESTÁ REVOLUCIONANDO STUTTGART, MÚNICH, Y DE PASO, LAS REDES
Dicen que Mercedes usará motores de BMW, ¿qué hay de cierto en ello?
¿Mercedes usando motores de BMW? Suena a broma, pero no. Algo insólito podría estar a punto de suceder en el mundo del motor.

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Imagínate por un momento que Real Madrid y Barcelona deciden intercambiar jugadores para la próxima temporada. Suena a locura o a capítulo de “La que se avecina”, ¿verdad? Pues algo parecido está pasando en el mundo del motor, porque los rumores apuntan a que Mercedes podría usar motores de BMW en sus próximos coches. Sí, has leído bien: la estrella de tres puntas podría latir con el corazón de la hélice azul y blanca.
La bomba la soltó Manager Magazin, una publicación alemana seria, como un ingeniero bávaro peinado con raya, el pasado 20 de agosto. Según sus fuentes, Mercedes estaría negociando con BMW para usar el motor turbo B48 de 2.0 litros en varios de sus modelos a partir de 2027. Estamos hablando de los CLA, GLA, GLB, Clase C, Clase E, GLC y hasta el futuro "Little G". Vamos, prácticamente medio catálogo de Mercedes corriendo con tecnología bávara.
El periodista Greg Kable de Autocar UK, que es un tío que lleva 35 años viendo pasar coches y sabe distinguir entre un bulo y una noticia real, confirmó la información citando fuentes internas de Mercedes. A mí, cuando alguien con esa experiencia me dice que algo huele a verdad, me empieza a llamar la atención.
¿Por qué Mercedes haría algo así de impensable?
La respuesta corta es el dinero, como siempre. La larga te va a doler un poco más si eres fan de la marca que nos encantaba en el DTM. Mercedes está pasando por uno de sus peores momentos económicos en años. Sus ventas en la primera mitad de 2025 cayeron a 900.000 unidades, que es el nivel más bajo desde 2020, y sus márgenes de beneficio se desplomaron al 3,2%, cuando antes rondaban cifras mucho más saludables. Será por eso que ahorran tanto en interiores. A saber.
Ola Källenius, el CEO de Mercedes, se encuentra en una encrucijada complicada, porque a la transición hacia los coches eléctricos le falta chispa y no está yendo tan rápida como esperaban, y mientras tanto necesitan motores que cumplan las nuevas normativas Euro 7. Su actual motor de 1.5 litros, el M252, tiene un problema: lo produce una joint venture entre Geely y Renault en China, lo que significa aranceles americanos que duelen en el bolsillo y un motor que es menos alemán que yo.
Además, ese motor no está pensado para híbridos enchufables ni para coches eléctricos con extensor de autonomía, que es justo donde está el negocio ahora mismo. Es como tener una navaja suiza sin sacacorchos, porque funciona pero te falta lo más importante para la ocasión.
BMW: el amigo que tiene lo que necesitas
Mientras Mercedes se las ve y se las desea, BMW está en una posición mucho más cómoda con su motor B48 es una pequeña joya de la ingeniería que ya funciona perfectamente en híbridos y que cumple todas las normativas que se avecinan. Además, tienen capacidad de sobra en su fábrica de Steyr, en Austria, para producir motores extra. Para echar más leña a este fuego, BMW está jugando sus cartas de forma muy inteligente y mantiene una cartera diversificada de propulsores. Dicho en cristiano: No hicieron el tonto jugándoselo todo al verde.
Tampoco sería la primera vez que BMW hace de proveedor. Ya le venden motores a Toyota (el Supra lleva un BMW B58), a Land Rover, Range Rover, Ineos y Morgan. Para ellos es un win-win porque aprovechan la capacidad de producción que tienen parada y sacan unos eurillos extra vendiendo a la competencia.
Oliver Zipse, el jefe de BMW, debe estar frotándose las manos. No solo porque el negocio es redondo, sino porque imaginarse los coches de Mercedes con motor BMW debe provocarle una sonrisa de loco que no se le quita ni con agua fría. Eso sí, tanto él como Källenius se han mantenido callados oficialmente. Cuando les preguntan, contestan con un educado "sin comentarios" que no niega nada pero tampoco confirma. Un poco como cuando se lían dos en la oficina.
La verdad entre tanta especulación
¿Qué hay de real en todo esto? Pues bueno, las pistas apuntan a que las conversaciones son más serias de lo que parece. No es solo un periódico alemán haciendo ruido; son múltiples fuentes independientes contando la misma historia con detalles muy concretos. Hablan de equipos técnicos específicos, de calendarios de implementación y hasta de qué ejecutivos están llevando las negociaciones.
El contexto económico también encaja como un guante. Mercedes necesita una solución rápida y barata para sus problemas de motorización, y BMW tiene justo lo que necesita. No sería la primera vez que Mercedes usa motores ajenos: desde hace una década monta motores Renault en algunos de sus modelos de gama baja, así que el precedente existe.
La industria automovilística alemana está bajo una presión brutal: regulaciones cada vez más estrictas, competencia china feroz, costos de desarrollo disparados... En este escenario, las alianzas estratégicas no solo tienen sentido, sino que pueden ser cuestión de supervivencia.
¿Se hará realidad? Las probabilidades son altas. Si no hay una negación categórica de ambas partes antes de que acabe el año, podríamos estar ante uno de los movimientos más sorprendentes de la historia reciente del automóvil. Veremos si en 2027 tenemos que acostumbrarnos a la idea de que algunos Mercedes suenen exactamente igual que un BMW. El mundo del motor nunca deja de sorprendernos.
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