NO CUESTA NADA Y SALVAS UNA VIDA

El golpe en el capó con el que puedes salvar a un gato este invierno

El invierno es frío, y pocas veces pensamos en los gatos callejeros, que buscan refugio en cualquier lugar calentito. Ellos no saben que los coches son peligrosos, y así puedes evitar que se hagan daño metiéndose bajo tu capó.

El golpe en el capó con el que puedes salvar a un gato este invierno

Publicidad

Cuando llega el frío los gatos callejeros buscan calor donde lo encuentren, y un motor recién apagado mantiene temperatura como una estufa portátil (puede rondar entre 40 y 50 °C durante horas), así que no es raro que alguno acabe escondiéndose bajo la tapa del motor, dentro del paso de rueda o junto al catalizador porque allí se conserva el calor.

Las protectoras detectan el pico de casos entre noviembre y marzo, y en regiones como Madrid o Barcelona se registran cada temporada cientos de incidentes graves; por eso basta un gesto breve y rutinario antes de arrancar para evitar tragedias evitables.

Por qué se esconden y dónde exactamente

Los gatos buscan calor, resguardo y un sitio donde no les molesten, y el vano motor reúne las tres condiciones; debajo del plástico protector la temperatura del bloque se mantiene y durante horas es refugio seguro para un animal que no tiene otra opción.

En ciudad, los focos habituales son, por orden de preferencia, el hueco sobre el motor (debajo de la tapa protectora), el interior del paso de rueda junto a la rueda y la zona cercana al catalizador o al escape, que por inercia térmica permanece caliente más tiempo; si es una gata con crías, es frecuente que busque cajas de batería o el filtro de aire, sitios cerrados que dificultan el rescate.

No es curiosidad ni juego, es supervivencia: el animal entra buscando calor y protección, y ese hecho convierte a un coche aparcado en la calle en una trampa mortal si alguien arranca sin comprobar.

Gato subido a un coche
Gato subido a un coche | Envato

El golpe en el capó: por qué funciona y cómo proceder

El método funciona porque combina ruido, vibración y sorpresa, y esa mezcla suele bastar para asustar al gato y que salga por su propio pie antes de que enciendas el motor; por eso lo recomiendan agentes de tráfico y protectoras como medida preventiva eficaz y de bajo riesgo.

Procedimiento práctico (hazlo así, sin tonterías): golpea 4 o 5 veces el capó con la palma o los nudillos, da un toque en las ruedas y cierra las puertas con fuerza para aumentar la vibración, espera entre 20 y 30 segundos y, si puedes, pita una vez; arranca despacio los primeros metros por si algún felino permanece en una zona menos evidente.

Hazlo con sentido común, evitando abrir el capó en plena calzada sin visibilidad y sin protegerte del tráfico, y recuerda que la mayoría de gatos sale en ese lapso, lo que reduce drásticamente el riesgo de quemaduras, amputaciones o muerte por atrapamiento.

Si ya has arrancado o encuentras un gato enredado: pasos prácticos

Si tras arrancar oyes maullidos, para inmediatamente, apaga el motor y abre el capó con cuidado, porque el animal asustado puede arañar o intentar huir hacia zonas más peligrosas; en muchas ocasiones saldrá por su propio pie ante la luz y el movimiento.

Si el gato está atrapado en correas, ventiladores o piezas móviles, no tires de él con fuerza, porque puedes causar lesiones graves; llama al 112, a bomberos o a una protectora local para que intervengan con herramientas y conocimiento, y mientras esperan procura que nadie acceda al motor y que la zona quede segura.

Si puedes manipularlo sin riesgo, envuélvelo con una manta, mételo en un transportín y llévalo al veterinario para valorar quemaduras, golpes o fracturas, y si no puedes costear la atención pregunta por las campañas de urgencia que muchas protectoras y clínicas ofrecen en invierno.

Gato debajo de un coche
Gato debajo de un coche | motor.atresmedia.com

Recursos rápidos y último apunte

Si necesitas ayuda, en Madrid puedes contactar con ANAA (620 35 43 59) o El Refugio (91 730 36 97), en Barcelona con SOS Felinos (630 303 620), en Valencia con Modepran (630 903 050) y en Sevilla con Protectora Sevilla (654 506 008), y para urgencias 24 h llama al 112 indicando “animal herido en vía pública”.

Tres golpes secos en el capó y veinte segundos de espera pueden ser la diferencia entre una noche fría y una catástrofe; pásalo a quien aparque en la calle, que en invierno estas tonterías marcan la línea entre vida y muerte.

Antena 3» Noticias Motor

Publicidad