El reparto de todas las comisiones del Ayuntamiento de Vitoria entre el PP y EH Bildu, que han votado juntos para quedarse con cinco y seis presidencias, respectivamente, ha marcado el último día de la carrera hacia el 23J, que los candidatos han apurado echando el resto en sus actos de cierre de campaña.

El presidente del Gobierno y candidato socialista, Pedro Sánchez, denunciaba en 'Onda Cero' "el grado de hipocresía del PP" tras la polémica de la capital vasca, que ha llegado al punto de que los 'populares' han acabado renunciado a las presidencias de las comisiones municipales, asegurando que se han tergiversado los hechos.

El otro tema del último día de la carrera hacia las urnas ha sido la implantación o no de peajes en las autopistas españolas, que el Ejecutivo niega rotundamente que vaya a instaurar en 2024.

"En ningún caso lo vamos a hacer", ha aseverado la ministra de Transportes, Raquel Sánchez. Aunque reconoce que esta cuestión estaba en las negociaciones con Bruselas en 2021, sostiene que ya no lo contempla y pide aclaraciones al presidente del PP. "Lo que tiene que hacer el señor Feijoo y el PP es aclarar qué es lo que va a hacer él, si va a seguir prorrogando los peajes", ha insistido la también candidata por Barcelona.

"Yo no estoy de acuerdo con pagar el peaje por kilómetro", ha respondido el candidato del PP, que este viernes sí ha reconocido que Marcial Dorado ya era contrabandista cuando ambos fueron fotografiados juntos de vacaciones, una imagen que ha sobrevolado la última semana de su campaña: "En aquel momento era contrabandista, me refiero, cuando yo le conocí, había sido contrabandista, nunca narcotraficante", ha admitido.

Unas declaraciones que llegan tan solo días después de que Alberto Núñez Feijóo asegurase que desconocía la relación de Dorado con el narcotráfico -aduciendo en Al Rojo Vivo que "ahora es más fácil saber cosas porque hay Internet"- y que han sorprendido al expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, que este viernes ironizaba así: "Parece que esta mañana ha dicho: 'No, yo cuando viajaba con él, era amigo, no era narcotraficante, solo era contrabandista'".

También ha coleado en la última jornada de campaña la polémica por el comentario machista que Feijóo dedicó a Yolanda Díaz la víspera, tachando los datos de empleo de "maquillados" y aseverando que la vicepresidenta y titular de Trabajo "de maquillaje sabe mucho". La líder de Sumar, por su parte, le respondía retándole a debatir sobre los datos de empleo "donde y cuando quiera", tras su marcada ausencia hace unos días en el debate electoral de la televisión pública.

Los últimos mensajes de los candidatos

Los candidatos de los principales partidos, en cualquier caso, han apurado las últimas horas de la campaña electoral con nuevos actos y entrevistas y lo han dado todo en sus mítinesfinales. El líder socialista ha celebrado el suyo en el municipio madrileño de Getafe, cuyo Ayuntamiento logró conservar el PSOE tras el 28M. Allí, Sánchez ha llamado a votar "todo al rojo" y ha confiado en su victoria ante unos PP y Vox que ve "absolutamente desfondados" en esta recta final, frente a un avance socialista "imparable".

"Hemos hecho la mejor campaña, nos caímos, nos levantamos, pedaleamos contra reloj, subimos todos los puertos inimaginables. Nos quedan unos metros para llegar al final y lo vamos a hacer el 23 de julio", ha asegurado el candidato socialista, en un multitudinario mitin con más de un guiño al Día Mundial del Perro y chascarrillos sobre el apodo -"Perro Sanxe"- que los socialistas han acabado convirtiendo en arma electoral.

Por su parte, el líder del PP ha concluido la campaña en su tierra, igual que la arrancó, poniendo por "testigo" su labor al frente de la Xunta de Galicia para pedir el voto para ser un "presidente de fiar". Después de que sus rivales hayan puesto el foco en la recta final de la campaña sus fotos con Marcial Dorado, Feijóo ha explicado que ha querido ir a Galicia para exhibir "una gestión responsable" y "poner por testigo a Galicia" de ella.

"Venir aquí y decir que queremos unir a los españoles es porque nos hemos dedicado durante una década larga en unir a los gallegos. Y es venir aquí y decir que quiero ser un presidente de fiar porque he intentado con todas mis fuerzas ser un presidente de fiar desde el primer día que juré el cargo como presidente de la Xunta hasta el último día que tuve que abandonarlo", ha proclamado.

Sumar y Vox, la pugna por ser tercera fuerza

Al igual que Sánchez, Yolanda Díaz ha cerrado la campaña convencida de que "hay remontada" y posibilidades de ganar el domingo, porque Sumar "ha cambiado el guion de la historia" y se ha convertido en fuerza "decisiva" para colocar "a Feijóo y a la extrema derecha en la oposición". La vicepresidenta segunda ha echado el resto en el último día de campaña, reuniendo en el parque Tierno Galván de la capital a más de 4.000 personas.

Allí, la candidata de Sumar ha agradecido la labor de los trabajadores de Correos y ha apostado porque la empresa pública "vuelva a prestar servicios financieros" y ha puesto de nuevo el foco en las "mentiras" de Feijóo, en particular sobre sus "relaciones con un narcotraficante". Solo Sumar, ha defendido, "supone la bancarrota del PP".

Abascal, por su parte, ha regresado a la plaza de Colón para concluir allí la campaña y, en declaraciones a la prensa antes del acto, ha cargado contra el PP tras la polémica de Vitoria, acusando a Génova de "tender la mano a todos menos a Vox, desde el PSOE hasta Bildu". Posteriormente, durante su discurso ha pedido el voto para la extrema derecha frente a un PP que, ha esgrimido, "blanquea" al PSOE con sus ofertas de pactos y arriesga la posibilidad de expulsar a Sánchez de la Moncloa.

Además, ha reivindicado el grito de 'Que te vote Txapote' -un lema que han coreado sus seguidores durante el mitin y quela Junta Electoral ha prohibido exhibir en los centros de votación el domingo-, asegurando que es una consigna que "nace del pueblo" y desde "el profundo respeto a las víctimas del terrorismo y del profundo rechazo a los terroristas y sus socios". Ello, ha pesar de que las propias víctimas de ETA han pedido reiteradamente a derecha y ultraderecha que dejen de usarlo.