Naturaleza y bienestar
Así son los 'shinrin-yoku', los 'baños de bosque' para liberar estrés que llegan desde Japón
El valor que tiene la naturaleza para la salud física y mental es cada vez más reconocido, y los shinrin-yoku están ganando relevancia como una práctica altamente apreciada.

En los últimos años, la salud y el bienestar han cobrado una importancia creciente en Japón. El envejecimiento de la población —con una media de edad de 49,8 años en 2024, según datos de la ONU—, junto con la presión laboral y el acelerado ritmo de vida en las grandes ciudades, han contribuido a consolidar la salud como una preocupación no solo individual, sino también cultural y social.
Ante este panorama, tanto las administraciones públicas como el sector privado han intensificado sus esfuerzos para fomentar hábitos de vida más saludables, centrados en la prevención del estrés crónico, la práctica regular de ejercicio moderado y una alimentación equilibrada. En este contexto, las terapias forestales han comenzado a ganar protagonismo como una práctica cada vez más valorada. Pero ¿qué son los shinrin-yoku?
Qué son los shinrin-yoku y cuándo se originaron
Shinrin-yoku, que en japonés significa literalmente "baño de bosque", es una práctica que consiste en sumergirse conscientemente en un entorno natural, especialmente en bosques, con el objetivo de promover el bienestar físico, mental y emocional. No se trata de un ejercicio de alto impacto ni tiene una meta específica, sino que es más bien un tipo de terapia centrada en conectar con la naturaleza, activando los sentidos y desconectando del ritmo acelerado de la vida cotidiana.
Su origen data de 1982, cuando el entonces director general del Ministerio de Agricultura, Silvicultura y Pesca de Japón, Tomohide Akiyama, inventó el término en un contexto de pleno auge económico en el que existía una creciente preocupación por los impactos del ritmo laboral en la salud pública de la población japonesa.
Akiyama buscaba instaurar una práctica sencilla y accesible para fomentar el contacto regular con los bosques. Esta iniciativa promovía pausas conscientes en entornos naturales como método efectivo para reducir el estrés, mejorar el bienestar y mitigar el creciente aislamiento derivado de la vida urbana. Más allá de ser una recomendación ecológica, representaba una apuesta clara por la salud pública.
Integrada en una estrategia nacional destinada a valorizar los bosques —que constituyen cerca del 70 % del territorio japonés—, esta propuesta convirtió al shinrin-yoku en una herramienta preventiva, profundamente arraigada en la tradición cultural del país y respaldada por el Estado. De este modo, se logró fusionar la conservación ambiental con la promoción de la salud colectiva dentro de una política pública integral. Hoy en día, se estima que entre 2,5 y 5 millones de personas en Japón participan cada año en sesiones de terapia forestal, que incluyen actividades guiadas como paseos, ejercicios de respiración y meditación en bosques.
A qué se debe su auge reciente
El auge reciente del shinrin-yoku, o baño de bosque, se debe a una combinación de factores sociales, científicos y culturales que han resaltado su eficacia como herramienta de bienestar integral. Diversos estudios científicos han respaldado los beneficios de esta práctica, demostrando que la exposición a los bosques puede ser muy beneficiosa para la salud. Una revisión sistemática publicada en la revista Environmental Health and Preventive Medicine en diciembre de 2019 analizó 28 estudios sobre los efectos del shinrin-yoku (baño de bosque) en la salud humana.
Los resultados indicaron mejoras significativas en la función cardiovascular, la inmunidad, los niveles de cortisol, el estado de ánimo y la reducción de la ansiedad y la depresión. La investigación sugiere que el baño de bosque puede ser una herramienta eficaz para la prevención y promoción de la salud, especialmente en contextos urbanos. Estos hallazgos han impulsado su adopción en países como Estados Unidos, Corea del Sur y varios de Europa, donde se han establecido programas de terapia forestal y centros de bienestar natural.
Además, recientemente, el shinrin-yoku también se ha integrado en enfoques terapéuticos como el shinrin yoga, que combina técnicas de respiración y movimiento con la inmersión en el bosque, ofreciendo beneficios adicionales para la salud física y mental. Esta práctica ha sido reconocida por su capacidad para mejorar la oxigenación celular, fortalecer el sistema inmunológico y reducir la tensión emocional.