Además de la alimentación y el ejercicio, existen otros factores que influyen a la hora de engordar o de adelgazar. Algunos de ellos son el sueño y el descanso, llevar horarios regulares de comida o saber gestionar el estrés. Serían por tanto, conductas que realizamos que nos ayudarían en nuestro objetivo de pérdida de grasa.

"Hay factores que pueden influir o incluso ser las causas del aumento de peso: factores genéticos, conductuales, sociales, metabólicos y hormonales, además por supuesto del balance entre la ingesta de alimentos y el gasto energético (dieta y el ejercicio)", explica a laSexta.com Silvana Iezzi, nutricionista de bluaU de Sanitas.

Por ello y además de prestar atención a lo que comemos (es clave llevar una dieta saludable o llevar una dieta personalizada si estamos en un proceso de pérdida de grasa) y al ejercicio físico que hacemos, es necesario también tener en cuenta otros factores que nos ayudarán a perder peso o a mantenerlo.

Por ejemplo, y aunque suene paradójico, estar todo el rato a dieta, es decir, hacer dietas y planes de adelgazamiento de forma muy frecuente, puede ser negativo y contraproducente. Veamos cuáles son todos esos factores.

Estar todo el tiempo a dieta no es bueno

Quien más, quien menos conocemos a personas que han hecho muchas dietas o que a lo largo del año comienzan muchos planes para adelgazar sin éxito y de una forma muy restrictiva. Normalmente, sin ayuda de un profesional. Algo que no es bueno.

Por un lado, según explica Iezzi, "porque estar continuamente a dieta restrictiva podría disminuir nuestro gasto metabólico basal, sobre todo cuando no están acompañadas de actividad física, y por otro, porque estarían afectando a nuestra salud emocional ya que no es saludable 'estar todo el rato' en un modo restrictivo".

La falta de sueño puede hacernos engordar

Sí, "la falta crónica de sueño está relacionada con sobrepeso", asegura la experta. Y ya muchos estudios los que han alertado sobre esto. Sueño y salud están directamente relacionados. De hecho, es uno de los tres pilares fundamentales de la salud junto con la alimentación y el ejercicio.

La razón es doble. Por un lado, indica la nutricionista, "porque tanto la falta de sueño como el no tener un sueño reparador, aumentan los niveles de cortisol que puede contribuir al aumento de peso y la resistencia a la insulina".

Y por otro lado, porque también desajusta los valores de la leptina y la grelina (hormonas relacionadas con las señales de hambre-saciedad), "algo que trae aparejado un desorden en la conducta alimentaria, predisponiendo al picoteo entre horas, la disminución en la capacidad para seleccionar alimentos saludables y disminuyendo también la percepción de la sensación de saciedad".

Comer rápido también engorda

También puede hacernos engordar comer más rápido porque al hacerlo así comemos más. La razón es que influye de forma negativa en el funcionamiento del mecanismo biológico que da la señal de saciedad. Esa sensación de saciedad es la que nos indica que ya hemos comido lo suficiente, que ya estamos llenos y satisfechos, es regulada por hormonas y tarda un tiempo en producirse o en activarse.

"Al comer despacio damos tiempo a que este proceso metabólico actúe y nos permita percibir la sensación de saciedad, con lo cual dejaríamos de ingerir alimentos, respetando esa sensación de saciedad. Sin embargo, si comemos demasiado rápido, es posible que terminemos comiendo más", sostiene Iezzi.

Es clave tener horarios regulares

El metabolismo tiene un ritmo, que se denomina ritmo circadiano, "en el que la ingesta, el gasto energético y la metabolización de la glucosa están sujetos a cambios relacionados con el día y la noche (ciclo de sueño y vigilia)", explica.

Y es precisamente en este último tiempo, añade la experta, "donde se ha visto relación entre la alteraciones en el ritmo circadiano derivadas del estilo de vida (trabajos y comidas de horario nocturno) y el incremento de peso, la obesidad y la aparición de enfermedades metabólicas". Es por ello recomendable siempre, en la medida de lo posible llevar horarios regulares tanto de sueño como de comidas.

Y también es importante gestionar el estrés

Elestrés no bueno para casi nada, tampoco para adelgazar. De hecho y como ya explicamos en este artículo "es difícil adelgazar estando estresados" porque hace que comamos más rápido, que no digeramos bien los alimentos y que no tengamos la sensación de plenitud que deberíamos tener tras comer.

Además, y muy relacionado con el estrés, "el ritmo de vida que llevamos actualmente, donde esperamos resultados a muy corto plazo, hace que se recurra a fármacos o a suplementos para estimular la pérdida de peso que, muchas veces, terminan alterando la salud metabólica", concluye la experta.