Pasillos y habitaciones vacías. Esa es la imagen del Hospital Universitario de Salamanca, que ha cerrado este verano 104 camas, 40 más que en 2015. Pero, además, este año se han cerrado todas las de ginecología. Nunca se había dado esta situación.

Un total de 17 parturientas ingresaron el pasado 5 de julio cuando la planta estaba sin una sola cama preparada. Los sindicatos denuncian que se produjeron momentos de caos e improvisación.

"Estamos machacando al personal pero sobre todo machacando al ciudadano. En este momento hay caos organizativo", asegura Federico Martín, presidente del sindicato CSIF.

Denuncian también que la falta de planificación provoca esperas de más de 9 horas en urgencias, que el personal hace turnos de hasta 15 horas y que la lista de espera es interminable.

Según los sindicatos, a las 15.100 consultas pendientes hay que sumarle 6.000 citas más que se han encontrado en un cajón del despacho de la gerencia. En cambio, la gerencia del hospital defiende su política de ahorro y asegura que mantendrá el cierre de plantas en verano.

En Galicia, el Hospital Meixoeiro de Vigo, se lleva la peor parte, ya que es el que más camas de hospital cierra, 200 de las 300 que tiene. El centro asegura que se trata de una situación normal. Pero esa disculpa no convence a los sindicatos porque solo esconde, dicen, derivación de pacientes a centros privados.