Ya no hay duda. Euphoria es la serie del momento después de la parodia que ha protagonizado Brian Cox en el programa de Jimmy Kimmel. Ser objeto de imitación es una prueba más del éxito de la serie que se ha convertido en la segunda ficción más vista de la historia de HBO, por detrás de Juego de Tronos. Un hito que, a pesar de sus buenos datos y de la crítica, no ha alcanzado Succession. Hace apenas unas semanas que la serie sobre un grupo de adolescentes en busca de su identidad, resumiendo mucho, emitía su último episodio en HBO.

El protagonista de Succession (también de HBO) ha ido al show de televisión para presentar su libro de memorias Putting the rabbit in the hat, en el que no deja títere con cabeza. Parece que la ausencia de filtro a la hora de hablar es una característica que el actor comparte con su personaje Roy Logan, el dueño de un imperio mediático que sale airoso de las traiciones y luchas de poder de sus hijos. Aunque esa quizá sea más una actitud propia de la edad que, como demuestra el veterano intérprete, te lleva a estar de vuelta de todo.

Así, con sombrero de cowboy y camisa de cuadros azul celeste y blanco, Cox recrea la escena en la que Cassie (Sidney Sweeney) entra en el baño del instituto y descubre que su look de inspiración country es tan excesivo que Rue cree que va a actuar en la obra de teatro de su hermana Lexie que inicialmente se llama Oklahoma. Protagoniza entonces un enfrentamiento con Kat y con Maddy, la exnovia de Nate con el que ahora ella mantiene una relación más tóxica incluso que la que protagonizó su mejor amiga. "Sí, joder, estoy enamorado de Nate Jacobs y él está enamorado de mí y ni se te ocurra mirarme de esa puta forma", espeta el actor encajado digitalmente en la escena real de la serie. ¿Servirá esta interpretación para inspirar al creador Sam Levinson algún nuevo personaje? Habrá que esperar a la, ya confirmada, tercera temporada de Euphoria.