Chandler Bing estaba hecho para Matthew Perry, el actor que lo encarnó. Su humor y forma de hablar cautivaron a todos los seguidores de la serie de los 90 convirtiéndolo en uno de los favoritos. Pero la persona que vivía dentro del personaje no vivía la misma realidad. Ni si quiera parecida. Matthew Perry ya tenía problemas con el alcohol cuando comenzó la serie, pero esa adicción fue a más dentro de ella. Tanto es así que él mismo ha confesado recientemente que no puede ni ver la serie, pues le recuerda a esa época. Una en la que estuvo tan mal que es capaz de relacionar su aspecto físico con la sustancia que consumía en cada época.

"Puedo ver cada capítulo conocer si estaba bebiendo opiáceos, tomando opiáceos o cocaína. Puedo ir temporada a temporada teniendo en cuenta mi aspecto", ha confesado durante en una reciente entrevista con la CBC donde ha señalado que su adicción empezó a los 14 y se intensificó con 18, cuando bebía todas las noches en secreto. "Por eso no quiero verlo, porque es lo que veo yo", ha confesado en relación a la serie.

Sin embargo, el actor señala en la citada entrevista que quiere darle una oportunidad y empezar a verla de nuevo porque para él ha sido una forma de estar en contacto con las diferentes generaciones. Y es precisamente por ellas por las que ha escrito su libro 'Amigos, amantes y aquello tan terrible', donde cuenta su experiencia con las adicciones en primera persona. Una que no quiere volver a repetir, según ha podido concluir tras plasmar su testimonio. "He aprendido lo cerca que he estado de la muerte y que no quiero volver a pasar por ahí otra vez", ha confesado el actor.