La protagonista de 'Sagrada familia'Najwa Nimri y Manolo Caro, el creador de la serie de Netflix, nos reciben para hablar de la segunda temporada de la ficción. En los nuevos capítulos encontramos a una Gloria acorralada por los acontecimientosdesde que al final de la primera entregafallara su huida y se viera obligada a regresar a la casa del exclusivo barrio de Fuente del Berro en Madrid. Para complicar más las cosas, tiene secuestrada a Natalia con la que se disputa la maternidad de Hugo, el bebé que ella gestó por subrogación para su nuera y su fallecido hijo Santi (Nicolás Illoro).

Esta enrevesada historia no sería lo mismo sin el sello del director Manolo Caro ('La casa de las flores'), tal y como afirma la propia actriz. "Esta misma historia contada y narrada por otra persona con otro look, en otra estética, en otro tono, sin esta subida de tono latinoamericana, mexicana, no sería tan importante para mí", afirma Nimri. El conflicto de Gloria y Natalia recuerda inevitablemente al juicio del rey Salomón en el que dos madres se peleaban por un hijo porque las dos decían que era su madre. Y la decisión de Caro para resolver la historia también tiene algo de salomónica como si fuese tan fácil decidir quién tiene razón. "Es curioso porque si fuéramos a lo legal tendríamos que darle la razón a Natalia, pero hay algo en Gloria que sabes que lo está haciendo (se está defendiendo) desde un lugar sobre la familia, sobre el amor, sobre los suyos, sobre la pérdida también, lo que es querer a un hijo y querer quedarte con algo de él", explica el director. Y continúa destacando que "lo interesante es que ella toma las decisiones, la vida no la juzga, hasta el último capítulo toma las decisiones y las riendas de cómo suceden las cosas en esa sagrada familia".

Manolo Caro reconoce que el tema de la gestión subrogada es difícil y que incluso él mismo, según nos cuenta, ha pasado por diferentes fases: "De planteármelo o no, de escuchar, entrar en debates". Precisamente por eso cree que es importante que 'Sagrada familia' no tome partido. "La serie dice las cosas fueron así y tomaron un rumbo tan oscuro porque nadie pensaba que el hijo iba a morir. Y a partir de ahí las dos están tirando para hacerlo lo mejor posible por quedarse con lo que quieren".

Si en la primera temporada encontrábamos a una protagonista con un plan claro para mantener a su familia unida, en la segunda todo es improvisado. "Desde que toman la decisión de volver a la casa todo es pura improvisación y mecanismo de defensa activado 24/7, hasta que en un momento dado todo se calma y ella toma una decisión que no puede contarle a nadie", afirma la actriz. Para Nimri, la gran diferencia de su personaje entre las dos temporadas está en "la sonrisa que la protagonista tiene a mano como un mecanismo de defensa tan integrado en la primera y que en la segunda entrega está mucho menos presente".

La serie se adentra mucho más en el thriller y lo que no cambia es la manipulación de Gloria hacia sus hijos Abel (Iván Pellicer) y Aitana (Carla Campra)y, en general, hacia todo su entorno. "A su hijo lo convierte en un mafioso, hace de él directamente un criminal", asegura Nimri. Y continúa: "Es algo que se ve en la vida real porque la mafia no existe solo en Italia, en México o en Colombia también hay en España y en Cataluña hay una familia entera", dice. Y volviendo a la serie "Gloria se relaciona como lo hace la mafia". Para la actriz precisamente el interés de los personajes radica en su dudosa moralidad, no hay que buscar más: "Son personajes que moralmente son inaceptables y por eso son tan atractivos porque moralmente son inaceptables, como todo lo guay".