"La realidad, una vez más, supera a la ficción", afirma Dani Mateo al descubrir el caso del protagonista de este vídeo. Se trata de una joven brasileño de 21 años que estaba celebrando la Nochevieja en Cabo Frío cuando notó un golpe en la cabeza.

En un principio pensó que le habían lanzado una piedra y siguió celebrando con sus amigos como si nada hubiera pasado. Al día siguiente volvió a su ciudad, a más 300 kilómetros, donde decidió continuar otros tres días más de fiesta.

Ya en la cama comenzó a sentir que no tenía fuerza en los brazos y empezó a tener espasmos musculares, así que acudió al hospital y allí detectaron en una radiografía que tenía una bala alojada en la cabeza. Finalmente, consiguieron extraérsela y el joven admitía que este suceso le había servido para darse cuenta de la profesión a la que verdaderamente quería dedicarse.