Duras críticas a nivel internacional
Víctor Aparicio, historiador: "La demostración de fuerza que buscaban con los fusilamientos se convirtió en un problema"
Tras el fusilamiento de los cuatro condenados, las reacciones internacionales no se hicieron esperar. En París, los manifestantes intentaron llegar hasta la embajada de España. Se llevaron a cabo protestas en Roma, Londres o Ámsterdam.

"La reacción internacional fue impresionante, es decir, toda la prensa extranjera se hizo eco y la criticó duramente", expone el periodista Román Orozco. 15 países, como Francia, Alemania, Italia o Portugal, llegaron incluso a retirar a sus embajadores, en protesta por el fusilamiento. Luis Echeverría, presidente de México, "presentó en la ONU una propuesta para que España fuera expulsada", recuerda Orozco.
En España, 48 horas después de las ejecuciones, el régimen convocó un Consejo de Ministros extraordinario. Arias Navarro afirmaba que las aguas "volverían a su cauce", mostrándose poco preocupado por las reacciones internacionales.
El profesor de Historia Contemporánea en la UNED, Víctor Aparicio, expone que "esa pretendida demostración de fuerza que el régimen buscaba ofrecer con los fusilamientos de septiembre del 1975 se convierte en un problema, un problema para el propio régimen, tanto a nivel interno como a nivel externo".
A pesar de ello, la dictadura no dudó en frenar el impacto de las ejecuciones censurando a la prensa que quería hablar sobre ellas. Orozco recuerda como tuvieron que diseñar hasta tres portadas ya que no conseguían pasar la censura. "Tuvimos que hacer la tercera que se llama '7 días de España, así fue'", recuerda, "que es una cosa absolutamente tonta". "La crónica quedó reducida a dos páginas", concluye.
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