La propia 'Maricuela' relata su experiencia como presa en el balneario de Saturrarán: "Tenía camas para 20 personas y éramos 100. Nos daban comida como para cerdos. No había higiene, había un bañal para todas". Esa era la cara A, la realidad; lo que no le gustaba mostrar a Franco.

Él ponía la cara B. La de las bondades de su régimen. El Generalísimo envió atrezzo a ciertas instituciones penitenciarias para que las presas posaran en la foto. En el caso de 'Maricuela', ella tuvo que posar junto a máquinas de coser que ni siquiera funcionaban pero trasladaban la imagen que Franco pretendía.

"Franco quiso hacer que las presas vivíamos bien. Nos pusimos curiosas y nos pusieron en las máquinas, sólo sabían coser dos", cuenta 'Maricuela', miliciana socialista durante la Guerra Civil. Y continúa: "Teníamos que rezar y después cantar el 'Cara al sol'; la compañera de al lado no levantó el brazo y me cogieron a mí, estuve en una celda castigada. Aquella celda era de cemento y húmeda. Hacía mucho frío y estuve castigada a pan y agua". Esa fue su experiencia carcelaria hasta 1941, año en que fue liberada y empezó la represión económica más dura.

El emotivo poema de Francisca para recordar a quienes el franquismo quiso enterrar

laSexta Columna charla con Francisca Adame, hija y hermana de presos en el Canal del Bajo Guadalquivir. Su padre y su hermano acabaron en un campo de trabajo y ella lo recuerda a la perfección.