Rafael comenzó a interesarse por la historia de Javier Verdejo a los 15 años. "Era mi tío", explica a laSexta Columna. Él representa a una nueva generación que intenta desmentir el relato de las autoridades de la época.

Le vendían que su tío murió por accidente. Era sencillo: al guardia civil que lo perseguía se le había disparado el arma. "Lo del accidente no lo veo viable porque realmente dice que se disparó, pero fue en el cuello", explica. Además, añade que "hay muchos casos parecidos a los de mi tío que el informe policial ponía lo mismo, se tropezó y se disparó el arma".

Fueron muchos los que se echaron a la calle para despedir a Javier. "Había una necesidad de la gente, de la juventud sobre todo, de cambio, de obtener la libertad. Es triste que alguien que pide eso acabe así", cuenta hoy su sobrino.