Desde el primer momento tras el atentado de Carrero Blanco se multiplicaron las teorías de la conspiración. "Me recuerda, incluso, con las distancias enormes que hay, entre el asesinato de Kennedy", afirma a laSexta Columna José Enrique, nieto de Carrero Blanco, que asegura en el vídeo sobre estas líneas que "mi abuelo también molestaba, desde incluso el propio régimen".

Las sospechas sobre el asesinato de Carrero Blanco fueron alimentadas durante décadas por la propia familia y ahora, cuando se cumplen 50 años del atentado, siguen pensando exactamente igual generación tras generación: "La banda terrorista no tenía ni la infraestructura ni la capacidad para eso, el plan ya se lo dieron comido", afirma rotundo José Enrique.

Un diplomático a finales de los 90 denunciaba que el embajador español en París rechazó el jugoso ofrecimiento de las autoridades francesas de detener, sólo horas después del atentado, a tres de los etarras implicados en el magnicidio. A las pocas semanas, el embajador fue ascendido a ministro de Exteriores. Además, un oficial de la Guardia Civil atestiguaría años después que, antes del atentado, alguien habría frenado la detención de los etarras.