Aumento de las acciones armadas
Magda Oranich, sobre los grupos armados antifranquistas: "Cuando la dictadura es terrorista, quizá hay que hacer algo"
Muchas organizaciones vieron en la aparente debilidad de los últimos años de la dictadura un acicate para pasar a la acción. Así, aumentaron su nivel de lucha. Algunas pasaron de ser un movimiento político a convertirse en grupos terroristas.

En España, durante los últimos años de la dictadura, aparecieron agrupaciones antifranquistas que pretendían luchar contra la dictadura. Como indica Carmen Ladrón de Guevara, abogada y doctora en Derecho, la aparición de muchas organizaciones se enmarcaba en la tercera oleada de corte de extrema izquierda, también nacionalista, "que ve la Cuba de Fidel, el Che Guevara, Argelia, La liberación…".
En Europa también había otros grupos actuando, como el IRA en Reino Unido o las Brigadas Rojas en Italia. Esto hizo que, en España, unido a la existencia de la dictadura, se diera "ese caldo de cultivo que posibilitó la creación de estos grupos".
Magda Oranich expone que ella "casi nunca" va a justificar el terrorismo. "Ahora, cuando la dictadura es terrorista, quizá hay que hacer algo", reflexiona, "¿O no se podría hacer una lucha armada si hubieran tenido fuerza contra Hitler o contra Mussolini?".
En ese contexto surgió el Frente Revolucionario Antifascista y Patriota, el FRAP. Su historia fue corta, pero, a pesar de ello, asesinaron a cinco policías. Guevara explica que, aunque comenzaron como un movimiento político, optaron por la violencia como método para conseguir sus objetivos: "Derrocar el franquismo e instaurar su modelo de gobierno comunista de extrema izquierda".
Su primer asesinato se produjo en 1973, en el ámbito de las manifestaciones del 1 de mayo. "En el 75 es cuando deciden que van a actuar, fundamentalmente, contra miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado", añade la abogada. El periodista Román Orozco añade que escogían a sus víctimas "al tuntún". "Alguien que llevara una gorra o un uniforme militar…", añade, algo que les diferenciaba de ETA, que escogía más sus objetivos.
En esta organización acabará metido José Luis Sánchez-Bravo. El joven estudiaba química en Vigo cuando decidió entrar en la FUDE, la Federación Universitaria Democrática Española. Allí comenzó su activismo político y, a la vez, a atraer la atención de la Brigada de Investigación Social. Esto provocó que decidiera marcharse a Madrid.
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