A mediados de los 80, la ría de Bilbao se convirtió en un escenario de guerra por el sustento cuando el Gobierno de Felipe González decidió el cierre de los astilleros Euskalduna como parte de la reconversión industrial. Para evitarlo, los obreros organizaron un plan cuya primera fase era definir la estrategia en asambleas de trabajadores.

"Una de las acciones que salió fue ocupar la Bolsa de Bilbao, donde estaban todos los accionistas", explica en el vídeo sobre estas líneas Felipe Fernández, expresidente del Comité de empresa de Euskalduna. Se trataba de hacer ruido, mucho ruido en las calles, pero las instrucciones a las fuerzas de seguridad son claras: represión.

Con la policía persiguiendo las protestas en la calle, empieza la segunda fase: intentar que los trabajadores no puedan salir del astillero para paralizar la ciudad. En aquellos enfrentamientos con la policía, Felipe recuerda que hubo "llegó a haber días de 200 trabajadores en la clínica. Era una pelea, sí".

El puente de Deusto, una de las arterias principales de la ciudad, se convirtió, según explica Felipe, en "la zona estratégica y nos lo disputábamos cada día". Así se convirtió en un símbolo de aquella lucha, un ejemplo de la comprensión de los vecinos hacia aquellos obreros que luchaban por su futuro. "Sabemos que hacíamos la puñeta a mucha gente, pero nos jugábamos lo que nos jugábamos" apunta Felipe, que destaca que hubo "mucha comprensión por parte de la ciudadanía".