"Puede que no salga bien"

"Tenemos unos pulmones para ti, no comas ni bebas nada ya": la arriesgada operación de trasplante que llega tras la esperanzadora llamada

"Son plenamente conscientes de que se pueden morir en la cirugía y en las horas después. Por eso digo que esta gente es muy valiente", cuenta el doctor Jáuregui, jefe de cirugía torácica y trasplante pulmonar del Hospital Universitari Vall d'Hebron, a Gonzo.

"Tenemos unos pulmones para ti, no comas ni bebas nada ya": la arriesgada operación de trasplante que llega tras la esperanzadora llamada

Mientras una parte del equipo de la Unidad de Donación y Trasplantes del Hospital Universitari Vall d'Hebron se desplaza a otra comunidad autónoma para recoger unos pulmones, sus compañeros permanecen en el centro, pendientes de la validez de los órganos. "Cuando los tienen en las manos y dicen 'estos pulmones son buenos', la bola de nieve sigue creciendo, porque entonces se convoca a todo el equipo que realizará el trasplante", explica el doctor Alberto Jáuregui, jefe de cirugía torácica y trasplante pulmonar, en Salvados.

Las cámaras del programa captan la cascada de llamadas entre profesionales y muestran cómo el engranaje del equipo se activa con la precisión de un reloj suizo y, además, en tiempo récord. Solo hay ocho horas para que un órgano que ha dejado de funcionar en un cuerpo comience a latir en otro, y cuando hay que desplazarse a por él, los segundos se convierten en un enemigo silencioso.

La llamada al receptor de los órganos

Entre los múltiples detalles que hay que coordinar, también hay que avisar al posible receptor: "Nuestro paciente está en la lista de espera; le llamamos y le decimos: 'Tenemos unos pulmones que podrían ser para ti. A partir de ahora no comas ni bebas nada y ven al hospital'".

Salvados acompaña, desde la distancia, al paciente en su ingreso. "Ya sabemos que los pulmones son buenos. Sobre las 12:00 bajaremos a quirófano", le comunican al señor que espera ya en camilla para someterse a un trasplante bipulmonar. Los nervios, reconoce, están a flor de piel; sabe que puede que nunca despierte tras la operación. "Soy el doctor Jáuregui, mi compañero es el doctor Vivas, y mi compañera la doctora Otero", se presenta el equipo ante él. "Vamos a hablar con tu mujer para que esté tranquila", le anuncia.

"Son conscientes de que pueden morir, no solo en la cirugía, sino en las horas posteriores al trasplante"

Fuera de quirófano, el doctor narra a Gonzo la intensidad de esos instantes previos a la operación: "Ellos son plenamente conscientes de que pueden morir, no solo en la cirugía, sino en las horas posteriores al trasplante. Por eso son realmente muy valientes. Toda la sensación de nerviosismo durante la espera se libera justo antes de entrar a quirófano. Dicen: 'Ya está, he llegado a donde tenía que llegar'".

Y es que, para algunos, la vida que llevaban ya no era vida.

El contacto con la familia

Hablar con las familias es también una parte esencial de su labor: "Antes del trasplante, les explico que estar en lista de espera de un trasplante de pulmón significa una situación grave. Es una cirugía compleja y puede que las cosas no vayan bien, pero la cantidad de gente presente estará pendiente de que todo salga lo mejor posible".

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