En Salvados
"En lo que tardé en beberme la Coca-Cola había ganado 2.800 euros": así convencieron los estafadores a sus víctimas para invertir cada vez más
Tres víctimas de estafas telefónicas cuentan en Salvados cómo mordieron el anzuelo y cómo los timadores les llevaron a invertir cada vez más dinero. "Te pican la ambición", reconoce uno de ellos ante Gonzo.

Tal y como se muestra en el audio de esta conversación telefónica de la que se hace eco Salvados y explica en el programa Óscar Lago, quien fue durante cinco años Inspector-jefe en la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF), "los brókeres funcionan a través de un software, un software que se conoce como MetaTrader; ahí el cliente marca las órdenes de compraventa, siempre asesorado, desde luego, por la organización en España".
Así también lo hacía José Alberto, una de las víctimas que prestan su testimonio a este reportaje dedicado a las estafas telefónicas. "¿Ves cómo yo guío, te guío las operaciones? Tú confía plenamente en nosotros, que nosotros te vamos a hacer rico", le decían a José María, a quien le robaron más de 30.000 euros a través de este fraude de los chiringuitos financieros.
El principio prometedor
"Al día siguiente, a la misma hora, me vuelve a llamar: '¿Has visto el oro?' Míralo'. Y había subido; había habido una ganancia, pequeña en cantidad pero buena en porcentaje. 'Ya ves, ayer tenías 1.000, hoy tienes...' No recuerdo la cantidad. 1.150", cuenta José Alberto.
Algo parecido le ocurrió a Antonio Jesús. "Me acuerdo de una vez que estaba tomando algo. Entre que empecé la Coca-Cola y terminé la Coca-Cola -que fue la llamada de venta, compraventa- gané 2.800 euros. Y yo decía: 'Ostras, jolín, qué gente'", narra en el programa de laSexta.
Las presiones para que aumenten las inversiones
Ese es el anzuelo. Y José María, Antonio Jesús y José Alberto lo mordieron. "Te pican la ambición", reconoce José María. "Te dicen que aproveches, que ahora es el momento, que ellos tienen toda la información, que saben perfectamente lo que va a hacer el mercado porque son asesores y se dedican a esto...", cuenta.
Al final, los tres realizaron "operaciones más grandes". "¿4.000 más? Eso es una mierda. Eso es casi lo que te hemos hecho ganar. Aquí tienes que meter muchísimo dinero. Yo no puedo seguir con una cuenta como la tuya", le presionaron a José Alberto, a quien le robaron más de 60.000 euros.
Antonio Jesús acabó invirtiendo en esa segunda ocasión 50.000 euros más. Perdió en total 167.000 euros. "A la semana me dice: 'Mire, usted entenderá que nosotros no podemos operar con 10.000 euros'. Ya tenía unos 17.000 o 18.000 euros en la cuenta. 'Y ya le pedimos que si quiere usted entrar al nivel que yo voy a empezar a trabajar con usted, tenemos que empezar a hablar de 100.000 euros, 150.000 euros, mínimo, para empezar'", rememora.
El testimonio de un exestafador
Adrián, un exestafador que llegó a ganar algo "parecido" a un millón de euros en un año timando a las víctimas por teléfono, da fe de la cruda realidad y del coste del sentimiento de euforia que generan esos primeros movimientos de ganancia: "Si yo quiero, va a invertir más. En el momento en que una persona pasa de ese punto, que está eufórica. En ese momento, va a hacer lo que quieras".
Sin embargo, también es el momento más peligroso porque "es cuando la persona ha perdido el control y puede hacer tonterías como endeudarse, arruinarse" y con arruinarse, Adrián se refiere a que la víctima pida "dinero a quien no debe": "Eso te puede meter -al estafador- en problemas legales más rápido de lo que se debiera. Al final, la idea de esto es ganar dinero evitando problemas legales".
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