En Salvados

Qué pasa cuando el trasplante sale mal: "Los médicos cargamos una mochila con todas las personas que hemos perdido en el camino"

"A veces volvemos a esta mochila a recordarla, a plantearnos por qué han pasado estas cosas y a acordarnos de esas personas que han muerto", reconoce el doctor Jáuregui en Salvados.

Qué pasa cuando el trasplante sale mal: "Los médicos cargamos una mochila con todas las personas que hemos perdido en el camino"

Leticia Otero, residente de cirugía torácica y trasplante pulmonar en el hospital Vall d'Hebron, es una de las personas que asisten al doctor Jáuregui en la operación de trasplante bipulmonar a la que asisten las cámaras de Salvados en este reportaje.

A pesar de que la suya es una profesional mayormente vocacional, ella no sintió esa llamada desde la más tierna infancia. "Me asustaba un poco el trato con el paciente. Yo siempre he querido ayudar a la gente, pero al final en medicina pues hay cosas que no se pueden arreglar, no se pueden solucionar, o hay cosas que tienes que actuar sobre ellas y perjudicas a otras. Entonces me daba un poco de miedo esa parte de la medicina", le reconoce a Gonzo.

Y es que, en algunas ocasiones, las operaciones no salen bien. "Ha habido momentos difíciles, de momentos en la cirugía que se van complicando", reconoce.

Vivir entre la vida y la muerte

Vivir entre la vida y la muerte no es algo sencillo. "Es difícil porque ya no es que se muera un abuelito de 90 años, que ya ha pasado toda su vida y que haya vivido bien, con una calidad de vida bien, sino que hay veces que nuestros pacientes son pacientes jóvenes que están con oxígeno en casa. Entonces pues es difícil, es difícil de asumir. Y les quieres cambiar la vida con el trasplante y hay veces que aun con el trasplante no va bien, entonces pues es complicado", reflexiona la joven.

Pero la residente no es la única que tiene estos miedos. El doctor Alberto Jáuregui, jefe de cirugía torácica y trasplante pulmonar del mismo hospital, también siente estos temores. "Yo tengo mucho miedo en todas las cirugías, te soy muy sincero", confiesa. Pero esto, no tiene que ser algo necesariamente negativo. "Me hace estar más pendiente de las situaciones. Es lo que realmente nos mantiene alerta", explica.

"Te lo llevas a casa"

"Intentas dejártelo en la puerta del hospital, pero al final te lo llevas. Yo salí de un trasplante (que no salió bien), me fui a dormir y no pude dormir. No pude dormir pensando en el paciente, en la familia, en la familia que tuve que consolar", lamenta Olga Gabaldà, supervisora de enfermería del programa de donación y trasplante de este centro hospitalario. Ella recuerda que aquella familia fue la que tuvo que intentar reconfortar al cirujano: "La familia le dijo: 'Yo sé que has hecho lo que tenías que hacer, que mi familiar estaba muy mal. De verdad, estate tranquila'".

Aroa Gómez, intensivista y coordinadora de trasplantes, cree que "imposible" dejar en el hospital estas experiencias tan estremecedoras. "Yo a día de hoy me lo sigo llevando, quizá no tan intenso que el primer día, pero me lo sigo llevando igual", admite.

"Todos los médicos tenemos como esta mochila con las personas que hemos perdido en el camino, y que es como una mochila muy importante porque a veces volvemos a esta mochila a recordarla, a plantearnos por qué han pasado estas cosas y a acordarnos de esas personas que han muerto", concluye el doctor Jáuregui.

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