Gonzo entrevista a varios escoltas que trabajaron como escoltas en el País Vasco de políticos, periodistas, jueces o empresarios durante los años más sangrientos de la banda terrorista ETA. En el vídeo sobre estas líneas, cuentan que a partir de la relación que se establecía entre escolta y protegido a veces se llegaba al abuso de confianza.
"Nos confundían, se creían que éramos chófer o servicio doméstico", apunta Manuel Jiménez, mientras que Francisco Díaz asegura que "nos utilizaban para ir de ruta los fines de semana". "Querían que les abrieras la puerta del coche, les llevaras la bolsa de la compra. En Bilbao escuché al escoltado decir 'niño, tráeme la carne para las patatas' al escolta", recuerda Manuel.
"Te daban muchas veces malas contestaciones", comenta Richard Sanderson, que afirma que cuando se equivocaba en la carretera su protegido se ponía a gritarle: "Una vez le dije 'Antonio, no me grites que estampo el coche y nos matamos los tres'".
Valencia, día uno
El alcalde de Alfafar confiesa que estaba "tirando de una señora para que no se la llevase la corriente" cuando saltó la alarma
Mientras que unos pedían helicópteros para buscar a sus vecinos ya desaparecidos, otros convertían sus ayuntamientos en auténticos refugios. En Alfafar, su alcalde rescataba a una vecina.