"Salvo una o dos empresas, les interesaba más el dinero que la protección de la gente", afirma Francisco Díaz, exescolta en el País Vasco que protegió a varias personas amenazadas por ETA. Una denuncia que comparten varios de sus compañeros, que en el vídeo sobre estas líneas conversan con Gonzo.
"La empresa no se preocupaba por nuestra seguridad ni por la de nuestros protegidos, se preocupaba por la facturación", coincide Manuel Jiménez, mientras que Aitor Goikoextea añade que "éramos un número". "Los dueños de las empresas no querían que se terminase nunca", comenta Francisco.
A propósito de esto, Manuel recuerda que al desaparecer una de las empresas de seguridad y surgir otra "las armas no llegan de Madrid. Hubo un problema un par de días y los compañeros tienen que trabajar con armas de juguete para que se note el bulto". "Hay cosas que cuentas que son de Mortadelo y Filemón", reacciona estupefacto Gonzo. "Menos mal que no se enteró el entorno abertzale, si no se ponen las botas", responde Manuel.
Valencia, día uno
El alcalde de Alfafar confiesa que estaba "tirando de una señora para que no se la llevase la corriente" cuando saltó la alarma
Mientras que unos pedían helicópteros para buscar a sus vecinos ya desaparecidos, otros convertían sus ayuntamientos en auténticos refugios. En Alfafar, su alcalde rescataba a una vecina.