Emiliano García-Page no suele morderse la lengua y en su paso por Salvados no iba a ser menos. El presidente de Castilla-La Mancha repasa la actualidad política y las críticas que ha protagonizado hacia Pedro Sánchez y hacia los pactos del PSOE con ERC y Junts, con la ley de amnistía como protagonista.

El programa se desplaza a Toledo para hablar con el barón socialista, que ha sido de los pocos en mantener la presidencia de su región después de la celebración de las elecciones municipales y autonómicas. Su postura crítica con el PSOE por sus pactos con formaciones independentistas hace que incluso un ciudadano le dé las gracias en la calle. "No toco las narices a nadie, hago argumento político", defiende junto a Gonzo.

Esas críticas pueden hacer que García-Page se sienta solo dentro de la formación, algo que desmiente categóricamente en Salvados. "En la forma y expresión pública dé una imagen de mayor soledad. De fondo... no, qué va", reconoce. Pero su paso por laSexta le pone frente a ciudadanos de toda ideología política (salvo de Vox, algo que echa en falta al final del programa), desde una mujer independentista hasta un joven estudiante de periodismo y comunicación audiovisual.

Entre las respuestas de García-Page, destacan el sentido de su voto en la consulta socialista en relación a los pactos de Gobierno para la investidura de Sánchez o la petición que le ha hecho al presidente del Gobierno para mantener una reunión "tranquila" en la que ambos puedan hablar.

También aclara qué ocurrió con la llamada que le hizo Alberto Núñez Feijóo cuando estaba a las puertas de someterse a su debate de investidura, negando que el líder del PP buscase su apoyo. Hasta en 14 ocasiones dice 'no' cuando Gonzo le pregunta si "le ofreció ni le pidió nada". "Tengo una buena relación con el señor Feijóo. Hemos sido presidentes autonómicos, hemos llegado a acuerdos... Por ser el jefe del partido contrario no voy a pensar distinto a cuando era presidente de la Xunta de Galicia", comenta a Gonzo.

¿Se presentará como alternativa a Sánchez?

Una de las grandes cuestiones en el ambiente es si García-Page se presentaría en un futuro como alternativa a Pedro Sánchez en la secretaría general del PSOE, algo que el presidente de Castilla-La Mancha duda con la misma firmeza.

"Bajo ningún concepto daría batalla. Lo he dicho mil veces, no sé por qué no me creen. No tengo ni la más mínima intención ni la más mínima posibilidad tampoco", cuenta. Sin embargo, mantiene su distancia con el líder del PSOE, dándole la misma nota -en lo que a su relación se refiere- que le da a Feijóo.

Aunque a Sánchez le daría un 8 en temas de política social, la nota bajaría hasta un 2 en acuerdos territoriales. En el caso de Feijóo, su nota es un 5, aunque en algunas cuestiones "le daría un 1". "No son equiparables, son cosas distintas", matiza en Salvados.

¿Qué habría hecho en la investidura si fuese un diputado?

Otro titular lo deja al ser preguntado sobre qué habría hecho en caso de ser diputado durante el debate de investidura de Pedro Sánchez en el Congreso es que posiblemente habría abandonado su acta antes de dicha votación, si bien matiza que su situación es "distinta a la de la inmensa mayoría".

"Fui el primer presidente que se vio en la necesidad de gobernar con Podemos en España, cualquiera lo diría, con lo facha que es el Page", bromea. Recuerda también el último Comité Federal de los socialistas, en el que "se cortaba el aire a cuchillo". "Lo más cómodo igual era haberse puesto enfermo", ironiza, aunque finalmente acudió a dar su punto de vista.

En la consulta que salió de aquel Comité Federal, votó de forma positiva, si bien había una parte en la que estaba de acuerdo y otra en la que no. Para Page, la militancia se encontró ante una "pregunta placebo". "Voté a favor del pacto con Sumar y con el de Podemos, que era más duro, con el de ERC y Junts no estaba de acuerdo", asegura.

García-Page contesta a la ciudadanía

Pero si algo marca el paso de García-Page por Salvados son las preguntas de los ciudadanos. El primero que habla con el presidente de Castilla-La Mancha es un hombre de Barcelona que le pregunta si cree que la amnistía puede "favorecer la convivencia entre Cataluña y el resto de España", algo que para Page es "un peaje político" para los socialistas.

"Ponte en mi piel por un momento, no soy un españolista trasnochado", reclama Page, que se siente "catalán de alguna manera": "El derecho a decidir lo tendremos que decidir todos". Después, llega el momento de sentarse con un miltante socialista que le echa en cara que sus críticas a Sánchez pueden tener "un tinte de deslealtad en las formas de trasladar la discrepancia".

"¿No crees que soy leal a lo que hemos llevado al programa electoral? ¿No hay que serlo? ¿El secretario general del partido tiene que ser leal al programa electoral o no? Si hemos ido a pedir el voto a millones de españoles para hacer una cosa y hacemos la contraria, ¿a quién le faltamos la lealtad?", se pregunta Page ante esta crítica.

También habla con un simpatizante del PP ya jubilado y con un estudiante de periodismo y comunicación audiovisual, a quienes habla de la conversación que mantuvo con el que fuera su vicepresidente en 2017, José García Molina (Podemos), que organizó un encuentro con Oriol Junqueras sin notificárselo.

El debate se intensifica al llegar Cristina Almansa, una mujer de Barcelona ya jubilada con raíces manchegas e independentista, que le explica que, para ella, la bandera de España es "la de PP y Vox". Además, cuenta que le considera un "nacionalista español", algo que García-Page niega: "Soy español, pero nacionalista no soy, no puedo serlo. Soy socialdemócrata".

Los últimos en dar la réplica a García-Page son dos jóvenes de izquierdas que cuestionan el acercamiento a la derecha del presidente de Castilla-La Mancha, algo que también niega. "¿Tú crees que la gente se levanta por la mañana y es de derechas para todo o de izquierdas para todo? ¿No crees que hay gente que coincide conmigo en términos de ayudas sociales pero no en mi tratamiento con las relaciones con la iglesia? Si me quieres decir que Sánchez, Yolanda Díaz y todos se conforman con su 20 o 30%, estupendo, pero yo quiero ser presidente de todos", defiende García-Page.