La falta de autocrítica en la plantilla de 'El Cantábrico' preocupa y mucho a Chicote. Sobre todo la de Antonio, el cocinero que además de no reconocer sus fallos, no prueba la comida. ¿La razón? No le gusta.

Alberto Chicote utiliza un método para que la plantilla de 'El Cantábrico' haga autocrítica y reconozca sus fallos. Para ello el chef de Pesadilla en la cocina utiliza una pizarra con los nombres de cada uno y a cada fallo le pone un punto rojo.

Chicote empieza a señalar los errores de Francisco, el dueño del buffet libre. La falta de sal en las patatas y de papel absorbente al sacarlas de la freidora, hacen que estrene la pizarra.

Sin embargo, no será el único que lleve los temidos puntos rojos en su nombre. Las quejas de los comensales no tardan en llegar y Antonio empieza ha recibir las primeras críticas que llenan su espacio de la pizarra magnética.

Exceso de vinagre, comida insípida, grasienta, pasada... con tanta crítica Antonio estalla: "A mí ya me dan igual las quejas, que les den por culo". Y es que el cocinero no admite sus fallos y sigue convencido de que su comida está bien.

Por ello, Francisco, el jefe, y Alberto Chiocote le manda que la pruebe. Su respuesta deja ojiplático al chef: "Yo no pruebo mi comida, no me gusta. Me gusta más la de mi madre y mi mujer". "¡Vaya cocinero de los cojones!", le dice el conductor de Pesadilla en la cocina.

Otros momentos destacados

Por primera vez en la historia de Pesadilla en la cocina, Alberto Chicote cuenta con ayuda para degustar y valorar los platos de este buffet libre de Cádiz. El humorista, actor y cantante Pablo Carbonell acompaña al chef para someter a examen la oferta culinaria de 'El Cantábrico'. Una experiencia que califica como una "auténtica pesadilla".

Tras la cata, Alberto Chicote y Pablo Carbonell echan un vistazo a la cocina de 'El Cantábrico'. Allí conocen a Antonio y Ramón, los dos cocineros del buffet libre que les enseñan las condiciones en las que se encuentra su lugar de trabajo. Después de ver la "pocilga" que tienen como cocina Chicote pide responsabilidades. Tras no recibir respuesta, tira de ironía: "¡Bah! ¡Qué más da! Si una cocina es un espacio naturalmente sucio".

Para ver cómo trabajan, el chef Chicote es testigo del primer servicio de 'El Cantábrico'. En él descubre porqué los platos tienen tanta grasa y están tan aceitosos. Además de un vistazo rápido conoce la razón por la que el "aceite está más negro que la conciencia de Voldemort".

Al finalizar el caótico servicio, llega la hora de hacer balance. El chef de Pesadilla en la cocina echa en cara a Francisco que no se haya comportado en cocina como un líder y a los cocineros que hayan hecho una "albóndigas de mierda en tres minutos" para sustituir un plato que se había terminado. Una crítica que Ramón, el cocinero, se toma muy a pecho y por la que acaba abandonando el buffet libre. "¡Quitadme el micrófono o me lo arranco!", amenaza.