El chef Chicote es testigo del primer servicio de 'El Cantábrico'. Tras mostrar su preocupación por el exceso de aceite en los platos y el color de este en la freidora, el conductor de Pesadilla en la cocina descubre por qué "el aceite este está más negro que la conciencia de Voldemort". Y es que sólo tienen una garrafa a la semana y tienen que amortizar.

No es lo único que conoce Chcote durante el servicio. El chef encuentra la razón por la que la comida está tan grasienta y aceitosa: no utilizan papel absorbente para el exceso de grasa. Antonio le explica que no lo ponen porque el dueño, Francisco, les dijo que "se dejaran de tonterías".

Conclusión: los comensales se quejan de la comida, el dueño no hace nada y los cocinero tampoco.

Otros momentos destacados

Por primera vez en la historia de Pesadilla en la cocina, Alberto Chicote cuenta con ayuda para degustar y valorar los platos de este buffet libre de Cádiz. El humorista, actor y cantante Pablo Carbonell acompaña al chef para someter a examen la oferta culinaria de 'El Cantábrico'. Una experiencia que califica como una "auténtica pesadilla".

Tras la cata, Alberto Chicote y Pablo Carbonell echan un vistazo a la cocina de 'El Cantábrico'. Allí conocen a Antonio y Ramón, los dos cocineros del buffet libre que les enseñan las condiciones en las que se encuentra su lugar de trabajo. Después de ver la "pocilga" que tienen como cocina Chicote pide responsabilidades. Tras no recibir respuesta, tira de ironía: "¡Bah! ¡Qué más da! Si una cocina es un espacio naturalmente sucio".

Tras el primer servicio, llega la hora de hacer balance. El chef de Pesadilla en la cocina echa en cara a Francisco que no se haya comportado en cocina como un líder y a los cocineros que hayan hecho una "albóndigas de mierda en tres minutos" para sustituir un plato que se había terminado. Una crítica que Ramón, el cocinero, se toma muy a pecho y por la que acaba abandonando el buffet libre. "¡Quitadme el micrófono o me lo arranco!", amenaza.