Cristina Pardo señala que existen productos muy parecidos a la vista y pregunta a Pablo Ojeda cómo podemos saber lo que estamos comprando. El nutricionista pone como ejemplo la zamburiña y la volandeira, dos productos que, "a ojo, si ves solamente el animal, puede ser muy parecido", comenta, pero cuyas diferencias son claras.

El experto indica que la primera pista está en la concha, pues la zamburiña es un poco más rosácea y la segunda más marrón. Además, el cuerpo de la volandeira no tiene tanto relieve y la otra sí lo hay. La zamburiña es más delicada en el paladar, con una textura más suave, mientras que la volandeira también tiene muy buen sabor pero es más durita.

Lo que también es determinante es el precio, ya que la zamburiña cuesta el doble. Lo mismo ocurre con el pulpo y el potón, puesto que la pata del primero ronda los 18 euros y el segundo se encuentra alrededor de los seis o siete euros. También debemos fijarnos en su contorno, más gelatinoso en el pulpo y de un color más rosáceo. Sin embargo, el potón es de un color más oscuro y al tacto es rugoso.