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Expulsados tres agentes cívicos de Lloret de Mar por coacciones a un restaurante y actitudes inapropiadas con turistas
Ante la falta de efectivos de la Policía Local, el Ayuntamiento ha recurrido a patrullas ciudadanas para garantizar la seguridad y la convivencia ante el aumento del turismo de borrachera.

Lloret de Mar (Girona) es uno de los municipios de la costa catalana que más están sufriendo las consecuencias del denominado turismo de borrachera. Cada verano, miles de jóvenes, principalmente extranjeros, llegan a la localidad para disfrutar de la enorme oferta de playa y discotecas a un precio relativamente bajo.
Esto ha generado un gran problema de seguridad y convivencia entre los vecinos y los turistas, a lo que hay que sumarle la falta de efectivos de la Policía Local. Por eso, el Ayuntamiento de Lloret de Mar ha creado este verano una Patrulla Cívica. Se trata de 18 agentes que patrullan las calles de la localidad sin armas y sin potestad para sancionar, aunque sí que pueden mediar en pequeños conflictos e informar a la Policía cuando consideren que sea necesaria su presencia.
Sin embargo, al no tratarse de policías profesionales, hay expertos que advierten del riesgo de que las actuaciones de estos expertos sean impropias, y es lo que ha sucedido en Lloret.
Uno de estos agentes cívicos fue expulsado del cuerpo por aprovecharse de su puesto de trabajo para desayunar gratis en un local a cambio de hacerle la 'vista gorda' en el cumplimiento de la normativa.
Otros dos fueron despedidos por tener actitudes inapropiadas con los turistas. Según el Ayuntamiento, se aprovecharon de su condición de autoridad para hacerse fotos con dos chicas jóvenes en las calles mientras patrullaban. Al conocer estos hechos, el Consistorio los expulsó fulminantemente en su segundo día de trabajo.