El uso de inteligencia artificial también ha llegado al ámbito de la ciberdelincuencia. Cada vez es más habitual que los delincuentes utilicen esta tecnología para realizar montajes de tipo sexual y así poder chantajear a sus víctimas a cambio de dinero. Como ha explicado Yago Jesús, experto en ciberseguridad, para elaborar un deepfake tan solo se necesitan dos fotografías. El propio algoritmo es el que trabaja en base a un patrón para combinar ambas caras y convertir una en otra adaptando sus facciones o su expresión. Como ha afirmado, "el cibercrimen se ha sofisticado y lo seguirá haciendo" ya que al existir un componente económico habrá una mayor predisposición por parte de los ciberdelincuentes para ir "actualizándose y cambiar el tipo de timo".

Josep Coll es CEO de Repscan, una empresa que se encarga de eliminar vídeos de la red en pocas horas. Sus clientes más habituales son empresarios. Como ha contando a Más Vale Tarde, suelen contactarles por la noche, "a las 10 o 11, que es cuando actúan este tipo de mafias para poder sacar dinero más rápidamente". Los buscadores de la empresa rastrean el vídeo y, a partir de ahí, solicitan su eliminación para evitar que puedan ser vistos de manera pública.

A través de la web es posible encontrar anuncios de usuarios que se ofrecen para hacer este tipo de montajes a cambio de una pequeña suma de dinero. El programa ha podido contactar también con un hacker experto en deepfake. Esta persona ofrecía sus servicios a cambio de "un dólar el segundo de vídeo". Al ser preguntado sobre la legalidad de estos montajes, exponía que no creía que existiera ningún problema y que tan solo "debíamos tener cuidado si compartíamos el vídeo a través de redes sociales".