En Andalucía
Anabel Cano se dirige a la consejera de Salud de la Junta: "Que cumpla lo que nos ha dicho que es salvar vidas"
Cano es una de las afectadas por los diagnósticos tardíos de cáncer de mama en Andalucía. Este jueves se ha reunido con la consejera de Salud de la Junta de Andalucía, Rocío Hernández, para recibir respuestas.

Centenares de mujeres se han visto afectadas por un fallo en el protocolo de detección de cáncer de mama del Servicio Andaluz de Salud. Una de estas mujeres es Anabel Cano. En 2023 le realizaron una mamografía rutinaria, pero no fue hasta un año después cuando le avisaron para hacerse una segunda mamografía debido a que detectaron que podría padecer cáncer de mama, un diagnóstico que quedó confirmado con esa segunda prueba.
La consejera de Salud de la Junta de Andalucía, Rocío Hernández, ha manifestado que en ese protocolo no se contemplaba informar de los casos dudosos. "Esta señora está diciendo ahora que nosotras teníamos un BI-RADS 3 benigno", expone Anabel, "teníamos un BI-RADS 3 con malignidad, pero da igual, el problema es que te hacen una mamografía, tienen que darte un resultado y si ven algo tienen que curarte".
Anabel se ha reunido este jueves con la consejera y, como expone, no han aclarado qué ha provocado que las pacientes no hayan sido avisadas. "Saben que ha habido un error, afrontan que han comido un error", indica, aunque añade que no les han dicho de quién ha sido la culpa o por qué no fueron avisadas.
"Con que lo solucionen me conformo", expone Cano. La consejera les ha pedido perdón, pero Anabel denuncia que ante un problema así hay vidas en juego. "Da igual el partido que sea, no entiendo de política, la enfermedad es de todo el mundo", señala.
"El problema es la salud y la vida de las mujeres", reflexiona, "que se encargue de cumplir lo que nos ha prometido", añade, en referencia a Hernández, "que cumpla lo que nos ha dicho que es salvar vidas". "Estoy muerta en vida y me conformo porque lo llevo yo", expone, "lo que no quiero es que le pase a nadie más".
Cano elogia la labor de los sanitarios y los profesionales médicos que, al igual que ella, no se creían lo que estaba pasando. "Me cogieron de la mano y no me soltaron", cuenta, visiblemente emocionada. "La administración no", denuncia, "una llamada de teléfono era muy fácil".
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