Dura represión
Protestas en Marruecos de la generación Z en defensa de los servicios públicos acaban en disturbios
¿Por qué es importante? La generación Z marroquí lleva cuatro días saliendo a la calle en unas protestas que están siendo duramente reprimidas por la policía. El detonante ha sido la muerte de ocho mujeres embarazadas en un hospital de Agadir.

Resumen IA supervisado
Miles de personas, lideradas por la Generación Z, han salido a las calles de Marruecos para exigir reformas en educación y sanidad. Las protestas, organizadas por GenZ 212 y Morocco Youth Voice, critican la corrupción y el gasto en eventos deportivos, como el Mundial 2030, mientras los servicios públicos permanecen desatendidos. Las manifestaciones, las más significativas desde las protestas del Rif, se han extendido a más de diez ciudades, desencadenando enfrentamientos con las fuerzas de seguridad. El Gobierno ha expresado su disposición al diálogo, mientras el primer ministro defiende los logros en sanidad, pese a las críticas por la falta de recursos. Las protestas han recibido apoyo de figuras públicas y continúan en busca de cambios concretos.
* Resumen supervisado por periodistas.
Miles de personas han salido a las calles de Marruecos durante los últimos días para reclamar al Gobierno una serie de reformas en los sectores de la educación y la sanidad, unas movilizaciones encabezadas por la generación Z que se han ido extendiendo a diversas partes del país y que durante las últimas horas han derivado en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, que han detenido a decenas de manifestantes.
Las movilizaciones, convocadas por los grupos GenZ 212 y Morocco Youth Voice, han movilizado a miles de personas en más de una decena de ciudades para protestar contra la corrupción y criticar el gasto destinado por el Ejecutivo a eventos deportivos --incluida la organización del Mundial de Fútbol de 2030-- pese a la delicada situación de los servicios educativos y sanitarios y la tasa de desempleo en el país africano.
Las movilizaciones, las de mayor seguimiento en Marruecos desde las que sacudieron la región del Rif entre 2016 y 2017, arrancaron durante el fin de semana tras las convocatorias formuladas por dichas organizaciones, que han apelado a movilizaciones "pacíficas y civilizadas" y que siendo convocadas a través de plataformas como Instagram, TikTok y Discord.
Así, algunos de los participantes han coreado eslóganes como 'Los estadios están aquí, pero ¿dónde están los hospitales?', en referencia al desembolso por parte de Rabat para la construcción de tres nuevos estadios y la renovación o expansión de otros cinco de cara al Mundial de 2030 y la Copa África de Naciones de este mismo año, unas obras que han desatado la chispa del malestar popular ante las carencias en servicios públicos que consideran abandonados por las autoridades.
Desempleo y falta de recursos públicos
Las críticas han ido al alza durante los últimos años, principalmente en torno a protestas esporádicas y no extendidas geográficamente por el país, si bien estas quejas han derivado en un mayor descontento tras la muerte de ocho mujeres durante el parto en un hospital público de Agadir, un ejemplo de la falta de recursos y la escasez de servicios que sufre la población marroquí.
De hecho, las primeras protestas, convocadas para el sábado y el domingo, tuvieron su epicentro en la capital, Rabat, y ciudades como Casablanca, Marrakech, Fez, Meknes y Agadir con el objetivo de reclamar precisamente una mejora de estos servicios públicos y la lucha contra el desempleo, en un país en el que 8,2 millones de personas --de los 36,8 millones de habitantes-- tienen entre 15 y 29 años, según el censo de 2024.
Las quejas giran en torno a la saturación de pacientes y la falta de equipamiento y personal en centros sanitarios, así como el alto coste de la sanidad privada, y los problemas a los que hacen frente las escuelas públicas y la falta de preparación para que los alumnos accedan posteriormente al mercado laboral, afectado además por una tasa de paro del 36,7% entre los jóvenes de hasta 24 años, cifra que se dispara hasta el 48,4% en zonas urbanas.
El desempleo es precisamente una de las principales fuentes de malestar entre la población, que denuncia además las malas condiciones de aquellos que sí consiguen un trabajo, en medio de denuncias sobre que el 73,2% de ellos no cuenta con contrato regular, según datos recogidos por el diario marroquí 'Le Matin', que señala que la tasa de paro entre las personas con título superior es del 25,7%.
Asimismo, los manifestantes reclaman medidas para hacer frente al alza del coste de vida, incluidos subsidios a bienes básicos, mejorar los salarios y las pensiones, combatir los monopolios en los sectores económicos, priorizar las inversiones en empresas nacionales, facilitar el acceso a la vivienda a precios asequibles, mejorar el transporte público y la vida en medios rurales y obtener una mejora generalizada a nivel de Derechos Humanos y justicia social.
Inspiradas por las protestas en Nepal
Las movilizaciones, inspiradas en parte por las protagonizadas recientemente por la Generación Z en Nepal --que se saldaron con la caída del Gobierno, la convocatoria de elecciones anticipadas y numerosas promesas para acometer reformas--, derivaron en enfrentamientos el martes en varios puntos del país, con manifestantes lanzando piedras a las fuerzas de seguridad durante sus intentos de dispersar las protestas.
Así, varios vehículos policiales y un banco fueron incendiados en Ait Amira, mientras que una sede bancaria fue igualmente quemada en Inzegane, donde algunos manifestantes se enfrentaron con la Policía, que desplegó cañones de agua para reprimir las protestas. Además, se han registrado intentos de saqueo y otros disturbios, con decenas de detenidos en Rabat y otras localidades.
Las protestas han recibido además el apoyo de diversas figuras públicas, entre ellas los raperos Raid y Khtek, así como la cantante Manal y la actriz Saadia Ladib, a quienes se han sumado la directora Naima Zitan y el actor Hasán Hamuche y diversos futbolistas, incluido Azedine Unahi, quien juega para la selección nacional. Además, los aficionados de varios equipos corearon eslóganes durante los partidos del fin de semana, amenazando con boicotear los próximos encuentros.
Ante esta situación, la cúpula del Gobierno marroquí mantuvo una reunión el martes y expresó su "compresión" frente a las reivindicaciones y mostró su "disposición" a abordarlas "de forma constructiva y responsable, a través del diálogo y el debate en el seno de las instituciones y los espacios públicos", tal y como recogió la agencia estatal marroquí de noticias, MAP.
Así, emitió un comunicado tras un encuentro entre los integrantes de la mayoría gubernamental en el que aplaudió la respuesta "equilibrada" de las fuerzas de seguridad y reafirmó su intención de cumplir con el programa de desarrollo presentado en julio de 2025 por Mohamed VI, "especialmente en lo que se refiere a la mejora global de los espacios territoriales y la reducción de las disparidades sociales y espaciales".
La respuesta del Gobierno
"Consciente de los problemas y las acumulaciones que está experimentado el sistema sanitario desde décadas, la mayoría subraya que la ambición de reforma expresada por la juventud coincide con las prioridades en las que trabaja el Gobierno", sostuvo, antes de defender que ha lanzado un "amplio proyecto de reforma" en el sector sanitario cuyos resultados "no pueden medirse de forma inmediata", intentando capear las críticas a su gestión.
El primer ministro marroquí, el multimillonario Aziz Ajanuch, quien es además el alcalde de Agadir, defendió en septiembre los "grandes logros" de las autoridades en el sector sanitario, a pesar de que los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para 2023 reflejan que el país cuenta con 7,4 médicos por cada 10.000 habitantes --una mejora de solo 1,09 desde 2013 y con cifras aún más bajas en zonas rurales--, muy por debajo de la recomendación de 25 por cada 10.000 personas.
La creciente presión por parte de los manifestantes ha provocado que el ministro de Sanidad, Amine Tahraui, tenga prevista este miércoles una comparecencia frente una comisión del Parlamento para abordar el estado del sistema de salud en el país africano, tras ordenar recientemente el cese del director de Sanidad y Protección Social en Sus-Masa y al director del citado hospital de Agadir.
Por su parte, el islamista Partido Justicia y Desarrollo (PJD) ha criticado la actuación de las autoridades, a las que hace "totalmente responsables del deterioro de las condiciones sociales", y ha pedido al Gobierno que libere a los detenidos y "actúe sabiamente" ante las demandas populares, después de que las medidas anunciadas hasta ahora no hayan aplacado a los manifestantes, que han prometido continuar con sus movilizaciones para obtener cambios palpables en el país africano.
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