En Italia ya saben lo que es tener un gobierno de extrema derecha y la economía del país empieza a ver alguna de las consecuencias. Ahí gobierna Fratelli d'Italia, equivalente a Vox en España.

Giorgia Meloni, su líder, prometió a sus votantes que bajaría los impuestos. Con esta medida, la curva de Laffer no funciona y el Estado deja de recaudar millones, lo que se traslada directamente a un aumento del déficit.

Mientras que la presión fiscal en Italia ha bajado en el primer trimestre casi un punto, en el mismo periodo el déficit ha crecido 0,8 puntos. Es decir, las gallinas que entran por las que salen.