Gaza en juego
¿Quién y qué hay realmente detrás de los negociadores de Gaza? Lo que el mundo no ve en la mesa de paz
¿Por qué es importante? Al-Hayya no es solo negociador de Hamás: controla armas, financiación y alianzas clave; Dermer habla por Netanyahu; y Kushner y Witkoff representan los planes de Trump, pensando incluso en inversiones millonarias en la región. La verdadera negociación ocurre detrás de lo que el público ve.

En la mesa de negociación que busca la paz en Gaza hay cuatro nombres que acaparan la atención: Khalil al-Hayya, Ron Dermer, Steve Witkoff y Jared Kushner. Pero ellos son solo las caras visibles. Detrás de cada uno están los verdaderos actores, los que realmente manejan los hilos, y cada uno con sus propios intereses.
El enviado de Hamás, Khalil al-Hayya, es la figura de mayor rango viva dentro de la organización. Es el gran superviviente: Israel ha intentado matarlo durante años. Perdió a su hijo, vio caer a otros líderes, y aun así sigue al frente.
Su postura es clara: no habrá desarme si no termina la ocupación. Pero más allá de ser negociador, al-Hayya aporta experiencia en anteriores negociaciones, vínculos con el mundo árabe y control sobre armas y financiación vital para Hamás.
Por el lado israelí, Ron Dermer encabeza la delegación. Es el hombre de confianza de Benjamin Netanyahu, casi su único enlace fiable y lo ha sido durante más de 20 años. Para Netanyahu, lo que pase en estas negociaciones condiciona su futuro político y el de Dermer: acabar con el conflicto significa retomar los juicios por corrupción que amenazan su continuidad.
Tras Dermer se mueven cargos de inteligencia y estrategia que aseguran que Israel no negocie solo en apariencia, sino con todo su aparato en marcha.
Estados Unidos envía a un tándem con un perfil distinto: Steve Witkoff, amigo de Trump, y Jared Kushner, su yerno. Su experiencia es más inmobiliaria que diplomática, pero eso no importa: su misión es representar los intereses del expresidente.
Los tres comparten patrimonio, confidencias y la misma lógica: conciben estas conversaciones en clave de negocio. Para ellos, Gaza es un territorio que podría transformarse en un paraíso turístico, capaz de multiplicar inversiones millonarias por cientos de miles de millones de dólares.
Así que, aunque los ojos del mundo estén puestos en los negociadores, la realidad es que todos son portavoces de sus jefes. Hablar con Ron Dermer es hablar directamente con Netanyahu; tratar con Kushner o Witkoff es acercarse a Trump. Y frente a al-Hayya, Israel negocia con el hombre más perseguido por su país, cuya experiencia y conexiones lo convierten en un rival estratégico que no se puede ignorar.
En Gaza, la paz depende de ellos… pero también de los intereses ocultos que representan. Cada gesto, cada palabra, cada silencio en la mesa refleja una red de poder, política y dinero que va mucho más allá de lo que aparece en las cámaras. Detrás de los negociadores están los verdaderos actores, los que realmente deciden, y todos tienen algo claro: sus ambiciones y sus intereses no son secretos, aunque todos escondan su verdadera cara.
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