La gasolina no deja de subir: ya está en 2,09 euros el litro. Esta subida se ve propiciada, en parte, porque el barril de petróleo también está muy alto: en 123 dólares. Sin embargo, la gasolina está subiendo mucho más que los barriles de crudo.

Los combustibles están subiendo mucho más que la materia prima con la que se fabrican. Y la prueba es la comparativa respecto a los precios de estos dos productos en 2008. Por aquel entonces, el barril de petróleo alcanzó su máximo histórico en plena crisis financiera, llegando a los 140 dólares. En cambio, la gasolina estaba mucho más barata que ahora: a 1,26 euros el litro.

Ahora el barril cuesta menos que entonces: 123 dólares; mientras la gasolina asciende a 2,09. La gasolina vale un 65% más mientras que el crudo vale un 12% menos. Pero, ¿a qué se debe?

La primera explicación son los impuestos: desde 2008 hasta hoy han subido, aunque no explica una diferencia tan abismal de precios. Realmente, el motivo se encuentra en los márgenes comerciales de la industria que convierte el petróleo en bruto en el combustible que usted echa en su coche. Unos márgenes que no son solo beneficios, pero que sí los incluyen.

Habitualmente se movían en los 10 dólares de margen por barril, pero en los últimos meses se ha disparado hasta los 53 dólares por barril. Los márgenes son ahora más altos que nunca por una 'tormenta perfecta': hay un cuello de botella mundial en las refinerías y crudo suficiente en el mundo, pero no hay suficientes refinerías para convertirlo en el combustible que llega a nuestros surtidores.

El problema es que se ha perdido capacidad de refinamiento a nivel global, ya que algunas refinerías se han quedado viejas y otras han cerrado. Desde hace años ya no se está reinvirtiendo en la refinación porque las regulaciones ambientales y el cambio hacia otro tipo de energías hace que sea un sector menos atractivo en el que invertir.

En estos últimos meses ha habido, además, un efecto rebote. La demanda mundial de combustible se ha disparado dejando al mínimo las reservas de gasolina y diésel de todos los países, que están bajo mínimos. Por ello, el combustible listo para repostar se ha convertido en un bien escaso, aumentando su precio. Además, las refinerías saben que pueden subir el precio prácticamente sin límites, ya que siempre van a conseguir vender su producto.

La guerra de Ucrania tampoco ha ayudado a bajar los precios de los combustibles. Las refinerías son industrias electrointensivas, es decir, utilizan una enorme cantidad de electricidad para el proceso de refinado. Actualmente, con los elevados precios de la luz es más caro producir cada litro de combustible.

Los barriles de crudo también deben ser transportados desde los pozos petrolíferos hasta las refinerías. Un trasvase que normalmente se hace por mar y que en los últimos meses también se ha disparado.

Otro ingrediente para el cóctel de subida de precios es la subida del precio del dólar, que actualmente se sitúa cerca al coste del euro. El mercado del petróleo se mueve en dólares, el barril se paga en dólares. Así, en 2008 con 1 euro teníamos casi 1,5 dólares: un barril de 140 dólares al final nos salía por unos 90 o 100 euros. Ahora, con 1 euro tenemos menos de 1,10 dólares, por lo que un barril de 120 nos cuesta más o menos 110 euros.