La inteligencia artificial ha llegado para cambiar nuestras vidas y para mejorarlas en muchas cosas. Pero también para complicarlas en algún caso. Por ejemplo: hoy ya es posible suplantar la entidad de alguien en una videollamada en directo. Así han estafado a una persona casi 600.000 dólares. Únicamente utilizando la tecnología 'deepfake'. El estafador se puso la cara y la voz de un amigo suyo para pedirle dinero. Fue en una videollamada y gracias a la inteligencia artificial. Y el plan le funcionó.
Para lograrlo solo se necesita un ordenador, con una buena tarjeta gráfica, tiempo y conexión a Internet. De hecho con una simple búsqueda en la web de cómo hacer un 'deepfake' a tiempo real aparecen videos en los que un youtuber con un programa sencillo de ordenador se convierte en directo en Tom Cruise o en Jim Carrey.
No todos los programas tienen la misma calidad. Los más sencillos son más fáciles de destapar. Pero los hay muy sofisticados y tanto unos como otros funcionan igual. Analizan nuestros rasgos y los de la persona a clonar y lo hacen a tiempo real. Esta tecnología no solo funciona con los rostros de los famosos. Es casi igual de sencillo hacerlo con la cara de una persona anónima.
La imagen puede clonarse con cierta facilidad, pero falta un elemento: la voz. Y también se puede. En este caso también son voces registradas previamente en el programa, pero igual que es posible clonar la imagen de un anónimo solo con unas cuantas fotos, se puede hacer con la voz usando por ejemplo un video de Instagram o TikTok. Es casi imposible librarse de que hagan esto con nosotros.
Las aplicaciones y los programas que logran esto son legales. Pero la legalidad depende del uso que se haga. Si se usan para cometer un delito estarías haciendo algo ilegal. Lo cuentan en las noticias de la televisión china. La CCCTV se hace eco un hombre que le han estafado por videollamada clonando a su mujer que tenía un canal de cocina en una red social. De ahí sacaron imagen y voz. Y también se ha usado para estafar en un comercio electrónico, clonando a 'streamers' famosos y usando su imagen para vender productos. En todos esos casos, sí hay delito pero surge de nuevo el debate de la necesidad de regular ya la inteligencia artificial.
El TS aún podría imputarlo
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