Brecha educativa y laboral
El 'suelo pegajoso' que frena el ascensor social de los jóvenes españoles: el nivel educativo de los padres pesa más que sus ganas
Las consecuencias Tres de cada cuatro jóvenes con padres formados acaban FP o universidad, pero solo tres de cada diez de los hijos de padres sin secundaria lo logran, y eso se traduce en el doble de paro y salarios más bajos.

Casi dos de cada diez jóvenes españoles de entre 18 y 24 años ni estudian ni trabajan. El 17,6%, una cifra que, aunque ha bajado desde la pandemia, sigue estando cinco puntos por encima de la media europea. Son jóvenes que parecen atrapados en un punto muerto: quieren avanzar, formarse, trabajar… pero algo se lo impide.
Ese "algo" tiene un nombre en la jerga educativa: sticky floor, o 'suelo pegajoso'. Y es una metáfora perfecta. Imagina que caminas por un suelo realmente pegajoso: cada paso que das cuesta, tus movimientos se ralentizan, y por más que empujes, no consigues avanzar como querrías. Eso es exactamente lo que les pasa a muchos jóvenes: algo invisible, pero poderoso, les mantiene anclados. Y según los datos, ese algo suele ser el nivel educativo de sus padres.
El informe 'Panorama de la Educación' lo deja claro: tres de cada cuatro jóvenes cuyos progenitores tienen estudios universitarios o formación profesional logran también completar ese nivel de estudios. Pero si los padres no terminaron ni la secundaria, solo un 30% de los hijos llega a FP o universidad. Es decir, el origen determina en gran medida el destino, y la movilidad social se convierte en un lujo reservado a quienes empiezan con más ventajas.
Esta desigualdad educativa no es abstracta: tiene efectos directos en la vida laboral y los ingresos. Entre quienes completan FP o carrera universitaria, solo el 16% está desempleado; entre los que no terminaron secundaria, el paro alcanza el 38%. Los salarios muestran una brecha aún más evidente: los titulados ganan de media un 54% más que quienes no completaron la secundaria, y la proporción de quienes cobran menos de la media se duplica cuando la educación no ha ido más allá de la secundaria incompleta.
El 'suelo pegajoso' es, en definitiva, el principal lastre del ascensor social en España. No se trata solo de no tener empleo o de ganar menos: se trata de que muchos jóvenes empiezan la vida con los pies atados, y aunque tengan talento, ganas y ambición, avanzar requiere mucho más esfuerzo. La educación debería ser la escalera que permite subir en la vida, pero para demasiados, esa escalera se convierte en un camino lleno de obstáculos invisibles, donde cada paso cuesta el doble.
Si España quiere un futuro más justo y próspero, este informe deja un mensaje claro: no basta con ofrecer oportunidades educativas; hay que romper el 'suelo pegajoso' que sigue frenando a generaciones enteras.