El Nobel mochilero
Excedencia voluntaria en España: el año sabático que todos necesitamos (pero que pocos se atreven a pedir)
La otra cara Tomarse un año para viajar, cuidarse o simplemente parar no es un sueño imposible: la ley lo permite. Pero en España sigue sin estar del todo bien visto. Algunas empresas lo valoran, otras lo castigan, y muchos trabajadores temen ese "hueco" en el currículum cuando deciden volver.

Imagina esto: acabas de ganar el Premio Nobel de Medicina, el máximo reconocimiento de tu carrera, y… nadie sabe dónde estás. Ni los organizadores del galardón, ni la prensa, ni tus colegas. La razón es sencilla y a la vez sorprendente: está de mochilero por Idaho, sin móvil, sin ordenador, completamente desconectado. Sí, el científico que ha revolucionado la investigación sobre células que protegen al organismo frente a enfermedades autoinmunes ha decidido tomarse un año sabático… y vivirlo a tope.
Marcharse sin móvil ni ordenador, tomarse un año para uno mismo y dedicarse a viajar, reflexionar o aprender cosas nuevas… en el mundo anglosajón es algo bastante habitual. En España, en cambio, la cosa es distinta. Aquí se llama "excedencia voluntaria" y está recogida por la ley: cualquier trabajador con un año en la empresa puede pedirla, por un periodo que va de cuatro meses a cinco años, siempre que sea la primera vez o hayan pasado cuatro años desde la última. Eso sí, no garantiza que te reserven tu puesto: la ley solo da derecho preferente a ocuparlo o uno similar, pero si el jefe no quiere, te puede tocar negociar.
Y, ¿cómo lo ven las empresas? Depende. Según encuestas de LinkedIn, Recursos Humanos suele considerarlo un talento por explotar: un año sabático bien vivido puede devolver a un trabajador más creativo, con nuevas perspectivas y habilidades. En Europa, en países como Suecia, se valora mucho: se cree que lo que aprendes o vives fuera suma profesionalmente. Pero en España, la cultura laboral es otra: no está en la tradición y, a veces, se interpreta negativamente.
Los expertos hablan de algunos efectos secundarios curiosos. Javier Blasco, profesor de la UNIE y la Carlos III en cuestiones laborales, habla del "síndrome del jefe despechado": el jefe puede sentir que le han dejado colgado y complicar la reincorporación. Ignacio Sánchez, de la consultora Robert Walters, describe el "síndrome del hueco en blanco": ese vacío que queda en el currículum durante el año sabático y que, dependiendo del sector, puede dificultar volver a entrar en el mercado laboral. Esto no solo afecta a un mochilero, sino también a padres o madres que deciden cuidar de sus hijos durante un tiempo.
Aun así, todos coinciden: un año sabático bien aprovechado suma. Permite desconectar, crecer, aprender y mirar la vida desde otra perspectiva. Y si alguien puede hacerlo mientras es un Nobel de Medicina, como nuestro protagonista, el resultado es perfecto: mientras el mundo espera su regreso para recoger el premio y dar la charla de rigor, él disfruta de la montaña, de la tranquilidad y de una aventura que no muchos pueden permitirse. Ciencia y desconexión, un Nobel a su manera.
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