Cuando culpar es la política
El PP convierte la migración en su chivo expiatorio: dos folios y medio de sospechas y racismo
¿Por qué es importante? El PP dedica dos folios y medio a criminalizar a los migrantes, hablar de fraudes y abusos inexistentes, y vender como novedad un visado por puntos que lleva 17 años reciclándose, todo sin aportar ni un solo dato real que respalde sus acusaciones.

Uno a uno, como si estuviesen firmando el Tratado de Versalles, los líderes territoriales del PP pusieron su firma en la 'Declaración de Murcia', un documento que presume de medidas modernas pero que en realidad recicla propuestas de hace 17 años, copiadas casi literal en el programa electoral de 2023. Su gran "innovación": un visado por puntos para migrantes, pensado para premiar a quienes contribuyen a la economía y a los servicios públicos.
Pero el verdadero mensaje de la declaración no está en los puntos ni en la pompa. Está en cómo criminaliza a los migrantes. Durante dos folios y medio, el PP insiste en el fraude, el abuso de ayudas y la supuesta amenaza que representan los extranjeros, aunque sin aportar ningún dato que respalde sus afirmaciones. El partido habla de "tolerancia cero con el delito" y de "igualdad ante la ley", como si eso no existiera ya, y como si no hubiera una ley que distingue la situación de los migrantes: la ley de 2015, redactada por el propio PP, permite la expulsión de extranjeros por ciertos delitos.
En la 'Declaración de Murcia' también parece insinuarse que ser migrante irregular es más ventajoso que llegar legalmente, algo completamente falso. Estar en la ilegalidad significa dos años en la sombra, sin poder trabajar legalmente, con dificultades para empadronarse, sin acceso a la sanidad, obligado a evitar a la policía y a aceptar trabajos que nadie más quiere, sin derechos. ¿De verdad alguien elegiría vivir así si pudiera venir legalmente? Insinuarlo es desconocer la realidad de la migración.
El documento insiste en el fraude en ayudas sociales, pero no presenta cifras ni evidencias. Por ejemplo, el Ingreso Mínimo Vital exige documentación, seguimiento y devolución de ayudas si hay fraude. ¿Existe evidencia de que migrantes estafen 170 euros en estas ayudas? Ninguna. Aun así, el PP presenta al migrante como un “aprovechado”, ignorando que de cada 100 euros de crecimiento económico reciente, 25 euros provienen del trabajo de personas extranjeras, según datos del Banco de España.
La declaración también establece que contribuir debe ser condición para permanecer, y exige conocer idioma, leyes, cultura e incluso ríos que desembocan en el Mediterráneo para obtener la residencia o nacionalidad. Estos requisitos ya existen: dos años de preparación si eres latinoamericano, diez para el resto. Sin embargo, el PP los presenta como nuevas exigencias, mientras ignora que integrar de verdad a alguien no consiste en memorizar nombres de ríos, sino en facilitar la inclusión social, laboral y cultural.
La Declaración de Murcia no busca integrar ni proteger, sino criminalizar, vigilar y condicionar la migración a su utilidad económica, mezclando populismo, miedo y un racismo de brocha gorda que ignora la realidad de millones de personas que viven y trabajan en España.
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