Italia intenta digerir los mensajes contra el patriarcado lanzados en 'prime time' por Chiara Ferragni. Ha ocurrido en las últimas horas, en el festival de música de San Remo. Cantantes al margen, los protagonistas han sido los cuatro vestidos con mensaje feminista de su presentadora. El primero llevaba la frase: 'pensati lÍbera'. 'Imagínate libre'. Quiere transmitir la idea de que las mujeres se sientan libres del papel impuesto por la sociedad, que sean ellas mismas sin sentirse juzgadas. A este conjuto lo ha llamado el 'vestido manifiesto'.

Su segundo vestido fue uno de color carne y simula su cuerpo desnudo. La influencer lo denomina 'el sin-vergüenza'. Su mensaje es sencillo: sentirse sexy no justifica ningún abuso. Este traje busca dar voz a todas las mujeres a quienes se les inculca que su cuerpo genera vergüenza, que es solo un objeto de deseo, que incita al pecado. El tercer traje de la noche lo llama 'vestido contra el odio'. Las frases bordadas son insultos y ofensas que ha recibido la propia influencer en sus redes sociales por su aspecto y por mostrarlo tras ser madre. Comentarios como: '¿por qué no se opera el pecho?', 'tiene el culo caído', 'es desagradable'. 'vulgar', 'en breve se pasa al porno', o directamente dudan si es 'una mamá o una prostituta'. Ferragni contesta a sus haters y recomienda ignorarlos. Para reforzar el mensaje, Ferragni salió acompañada de un grupo de mujeres que ayuda a víctimas de la violencia machista.

Y tras el vestido manifiesto, el sin vergüenza y el contra el odio, llegó el cuarto: el vestido jaula. La influencer lo considera un alegato por la liberación de los estereotipos, una esperanza de que en el futuro las niñas romperán las convenciones que llevan siglos impuestas.

Todo esto delante de cerca de 11 milllones de telespectadores que seguían el festival de San Remo, todo un acontecimiento en Italia. Por si no les había quedado claro, remató: "Quien enseña su cuerpo no es puta. Y quien lo esconde no es monja".

Pero, ¿quién es Chiara Ferragni?. En dos años superó las 100.000 visitas al día y decidió dejar la carrera de derecho y empezar su andadura en Instagram, que le ha permitido firmar contratos con las más exclusivas firmas de moda. Hoy supera los 28 millones y medio de seguidores en la red social. Ferragni no se conforma con los contratos con marcas de lujo, monta la suya propia y más tarde tres empresas más. Se separa, se casa, tiene hijos y sufre el odio en redes. Un odio que empieza a combatir con discursos feministas. Denuncia el patriarcado en redes y hasta en las prendas de su hija. Su convicción con el movimiento feminista le ha llevado por ejemplo a donar el dinero ganado por presentar San Remo a una asociación de víctimas de violencia de género.

Ferragni habla de feminismo y también de política. Junto a su marido lleva años posicionándose contra la derecha italiana. Hicieron público en streamings su cruzada contra Mateo Salvini y exigieron al Parlamento la aprobación de una ley contra la homofobia. Además Ferragni en solitario criticó duramente a Meloni por su posición sobre el aborto y pidió a sus seguidores que no la votaran. Esta defensa la llevó hace unos meses a que la senadora vitalicia antifascista Liliana Segre la invitase a su casa para agradecerle su compromiso. Las reivindicaciones de Ferragni en San Remo son solo las últimas de una larga lista de la influencer más importante del mundo.