25 años del accidente

Phil Collins, James Bond, la reina Isabel II y un eclipse de 74 minutos: el Concorde fue más que un avión, fue una leyenda fugaz

Los detalles Solo 100 pasajeros, billetes a 18.000 euros, caviar a bordo y velocidad supersónica. Pero el Concorde fue mucho más que lujo: fue el único avión capaz de seguir un eclipse, unir Londres y Nueva York en tres horas… y permitir que Phil Collins tocara en dos continentes en el mismo día.

Phil Collins, James Bond, la reina Isabel II y un eclipse de 74 minutos: el Concorde fue más que un avión, fue una leyenda fugaz

Una pequeña pieza de titanio en mitad de la pista fue suficiente para apagar el sueño de volar más rápido que el sonido. Ocurrió el 25 de julio del año 2000, hace ahora 25 años. Ese día, el Concorde despegaba del aeropuerto Charles de Gaulle de París rumbo a Nueva York. Pero nunca llegó. Una lámina metálica caída en la pista reventó una rueda, un trozo de goma perforó el depósito de combustible y, en segundos, el avión se convirtió en una bola de fuego. Murieron 113 personas. Fue el primer accidente del Concorde. Y también el último

Ese vuelo no solo marcó el final de una tragedia. Fueel principio del fin de los vuelos supersónicos comerciales. Nunca más un pasajero voló de París a Nueva York en tres horas.

Pero antes de ese día, el Concorde fue mucho más que un avión. Fue un símbolo de una época. Una joya de la ingeniería. Un espectáculo aéreo reservado solo para los bolsillos más privilegiados.

El Concorde: un mito con alas

Voló por primera vez en 1969 y comenzó a operar comercialmente en 1976. Solo se fabricaron 20 unidades, y de ellas, 14 entraron en servicio con Air France y British Airways. En cada vuelo podían viajar apenas 100 pasajeros. Los billetes costaban lo que hoy serían unos 18.000 euros por trayecto. ¿Qué ofrecía a cambio? Caviar, champán... Y velocidad. Mucha velocidad.

El Concorde podía volar a más de 2.000 kilómetros por hora, el doble de la velocidad del sonido. Esto le permitía unir Londres o París con Nueva York en poco más de tres horas. Para ponerlo en perspectiva: un vuelo actual tarda más del doble.

Era ruidoso, estrecho y sin apenas espacio para moverse. Pero daba igual. Volar en el Concorde era un privilegio. Y eso lo convirtió en el avión favorito de la realeza, la élite empresarial y las estrellas del entretenimiento.

El avión de las celebridades

Por la cabina del Concorde pasaron la reina Isabel II, Michael Jackson, Madonna, Paul McCartney, las Spice Girls, Bono... Todos querían subirse al avión supersónico. Porque no era solo llegar rápido, era ser visto llegando rápido.

El Concorde fue incluso parte de su cultura pop. En 1979 protagonizó la película 'Aeropuerto 79', una historia en la que un grupo de narcotraficantes intenta derribarlo con misiles. El avión usado para el rodaje fue exactamente el mismo que años después se estrellaría en París: el F-BTSC, con más de 12.000 horas de vuelo a sus espaldas.

También fue el elegido por James Bond. En 'Moonraker' (1979), el agente 007 volaba a toda velocidad desde París a Río. Porque si alguien tenía que romper la barrera del sonido con estilo, era él.

Pero si hubo alguien que aprovechó todo el potencial del Concorde, fue Phil Collins. En 1985, durante el mítico concierto benéfico Live Aid, el cantante tenía que actual en Londres y en Filadelfia... el mismo día. Así que subió al escenario en Reino Unido, cogió el Concorde y voló supersónicamente hasta EEUU para llegar a tiempo al segundo show. Un hito que ningún artista ha vuelto a repetir.

Récords, hazañas… y hasta eclipses solares

El Concorde no solo fue lujo y espectáculo. También protagonizó momentos únicos en la historia de la aviación. Uno de ellos ocurrió el 30 de junio de 1973, cuando un equipo científico lo utilizó para "perseguir" un eclipse solar total mientras cruzaba África. Gracias a su velocidad, el avión consiguió que sus pasajeros pudieran observar el eclipse durante 74 minutos seguidos. Una duración récord. El eclipse más largo jamás visto desde un avión.

Y aunque el Concorde parecía reservado a millonarios, también fue capaz de cumplir sueños mucho más humildes. Como el de una mujer que, en 1992, ganó un concurso de televisión y recibió como premio la vuelta al mundo en un Concorde. Lo hizo junto a su bebé recién nacido. En apenas 32 horas. La envidia de Willy Fog.

¿Un regreso supersónico?

Durante años, ingenieros y visionarios han soñado con traer de vuelta los vuelos supersónicos. Hace apenas un año, el prototipo XB-1 demostró que era posible volver a romper la barrera del sonido.

Muchos vieron en él la esperanza de revivir la era Concorde. Pero, por ahora, el proyecto no ha pasado de la fase de pruebas. Y su versión comercial sigue sin fecha.

Una leyenda que nunca aterrizó del todo

El Concorde dejó de volar oficialmente en 2003. Pero nunca se fue del todo. Sigue en los museos, en las películas, en las canciones… y en la memoria de quienes lo vieron despegar. Porque fue algo único. Un salto tecnológico adelantado a su tiempo. Un lujo reservado a unos pocos. Un 'pájaro blanco' que rugía más que volaba.

Ruidoso, veloz, imponente. Así fue el Concorde. Una leyenda supersónica que 25 años después sigue siendo… inigualable.